El Mejor
El pasado viernes vi en TV1 la final de “El Mejor De La Historia”. No me gusta la idea principal del concurso, puesto que considero imposible comparar cosas diversas, confrontar seres pertenecientes a épocas históricas distintas y que han sobresalido en diferentes disciplinas, creo que es absolutamente imposible encontrar o consensuar quién es el personaje español más importante de la Historia. Pero una vez aceptado que el programa no sirve para aclarar ni dilucidar nada importante, al menos resulta curioso porque sirve para hablar de personas que sí han sido importantes en la historia de nuestro país.
Vi que los finalistas eran: un deportista (?) Alonso; un poeta, Lorca, y Goya, un pintor. Prontamente, para mi alivio, le dieron el puesto nº 3 a Alonso y, así, la cosa se hizo más digerible o llevadera. Finalmente (para no convertir este relato en la crónica de un programa de televisión) adelantaré que el premio se lo llevó Lorca.
El fallo, concedido por la audiencia mediante votación digital, no me resultó extraño, fue el que yo esperaba, porque pensé que la audiencia en general conoce poco a ambos artistas y se dejaría llevar por la proximidad generacional, como creo que así fue lo que ocurrió.
Pero de lo que quiero hablar hoy no es de eso, sino de alguna que otra consideración propia acerca de lo que vi. En primer lugar, después de haber dejado claro que no se pueden hacer comparaciones (como muy bien decía la Botella) entre manzanas y peras, menos hacer comparaciones entre fecundos creadores de distintas ramas, máxime cuando uno ha vivido 82 años y el otro solo 38. Solo por eso, por la cantidad de obras maestras que dejó el que, para mí, es el más grande de los pintores de la Historia, Goya, debía haber ganado este. No tengo ninguna duda de que Lorca, de haber llegado a la misma edad que el de Fuendetodos, hubiese realizado una obra descomunal ya que talento le sobraba para ello.
Me llamó la atención que en el programa, como suele suceder siempre que públicamente se nombra a Lorca, se decía “muerto a los 38 años”… “lo mataron”… “murió”… sin entrar nunca en el fondo real. ¿No nos dicen que vivimos en una democracia? ¿No pueden decir lo que todos sabemos, lo que es la verdad, que a Lorca lo asesinaron los fascistas?, que a ese señor que los españolitos votantes acaban de considerar el español más grande de la Historia no lo juzgaron, no lo condenaron, no lo fusilaron, sino que un grupo de fascistas, fríamente lo secuestraron, lo maltrataron y, después, se lo llevaron al monte para asesinarlo y hacer desaparecer su cadáver hasta el punto de que, a día de hoy, aún no sepamos siquiera donde está. ¿Aún estamos así? ¿Aún?
Miguel Álvarez