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Éric Vuillard – “El orden del día»

Libro: “El orden del día».

Autor: Éric Vuillard

Editorial: TusQuets editores

Año 2019

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El texto es una novela corta construida sobre varios episodios. Es un retrato ilustrado de los momentos más importantes en los destinos de Alemania y los países vecinos, y por ende, de la esfera internacional de los años 30. Son los momentos en los que se cocina el destino del continente cara a la Segunda Guerra Mundial.

El primer lienzo descrito es el de Alemania el 24 de febrero de 1933, víspera de las elecciones del 5 de Marzo de ese año. Es el momento previo a la ascensión del partido nazi al poder en Alemania. Es la crisis final, la encrucijada decisiva en la que se encuentra la República de Weimar.

El partido nazi necesita financiación suficiente para alcanzar los objetivos. Dos docenas de empresarios alemanes han sido convocados por Hitler a una discreta reunión en el Reichstag para evacuar consultas. Evidentemente el objetico es recaudar fondos. Asisten a la llamada lo más granado del empresariado alemán. Allí están los dueños de los emporios del metal (Krupp) y de la industria automovilística, Opel, Volkswagen, la Banca, los Seguros (Allianz), la Industria Química y el resto de los ámbitos manufactureros del país, mucho de los cuales hoy conocemos. Todos contribuyen en la reunión con recursos abundantes, en la creencia que la República de Weimar ha tocado a su fin y que el partido nazi les va a resolver sus necesidades.

El autor se recrea en los detalles con la mirada de un cirujano. En un estilo preciso, directo y meticuloso, casi tan frío como un forense, el autor va desgranando los detalles de la reunión, sus objetivos, los de sus interlocutores y las caras y actitudes de sus protagonistas.

Durante la guerra todos ellos se beneficiaron de mano de obra gratuita. Después solo algunos pagaron ciertas compensaciones pasados varios años del final de la guerra. Quedan demandas pendientes que nunca se cobrarán.

Segundo lienzo. Las visitas y reuniones de los ministros de exteriores y las cancillerías de Francia y Gran Bretaña (Daladier y Chamberlain) para apaciguar los ánimos de guerra de los líderes nazis. Es el planteamiento en esos años de las potencias occidentales de no confrontar.

Es especialmente meticuloso el autor con el papel de Lord Halifax, en su visita a Alemania, el conservador Ministro de Asuntos Exteriores británico, contemporizador y cómplice de las directrices y propuestas alemanas. Se describen pormenorizadamente las conversaciones y cabildeos en una visita donde prácticamente el ministro es burlado por sus anfitriones.

También quedan recogidas con precisión los momentos clave de la entrevista de Joachim Von Ribbentrop, en Londres con las autoridades británicas, en el preciso momento de la Anexión de Austria. Se refleja la maniobra de entretenimiento del Ministro de Exteriores alemán y el estupor de los anfitriones en medio de la reunión ante la noticia de ese final.

Tercer lienzo. La Anexión de Austria por la Alemania nazi y la estrategia para doblegarla. En éste apartado el autor, como un notario, relata cómo el primer ministro austriaco en 1938, Kurt Schuschnigg, es atraído a una encerrona en el refugió de Adolf Hitler en Berchtesgaden (Alpes de Baviera) a fin de firmar un tratado vinculante para obligarle a ejecutar un cambio de  gobierno al dictado siguiendo sus objetivos.

Los cambios propuestos suponen situar entre otros a sendos líderes nazis austríacos en las carteras claves de Interior y Defensa, y con ellos, supeditar la soberanía de Austria, doblegarla y ponerla al servicio de Alemania. La firma del Tratado de Anexión supone el cumplimiento y vinculación de todos los objetivos de la Alemania nazi a la maquinaria alemana del momento.

El autor es muy minucioso en la descripción que se pone en marcha en ese momento, primero para forzar la firma del Tratado de Anexión, con los cambios ministeriales propuestos, luego con las presiones y amenazas para forzar la dimisión del Primer Ministro austríaco antes sus titubeos. Su primera respuesta ante lo desabrido del encuentro es esquivar la propuesta mediante la convocatoria de un Referéndum para dirimir el asunto, cosa que no se llegó a realizar y, finalmente, se recogen las últimas presiones para forzar su dimisión. Por último, cuando éste después de meditarlo se pliega y acepta presentarla al Presidente de la República, éste no la acepta. Nuevo impasse.

Ultimo fotograma, las nuevas amenazas de la cancillería alemana. Ahora las presiones son a la Presidencia  de Austria, éste medita la respuesta. Wilhelm Miklas, el Presidente, acepta la dimisión propuesta y a renglón seguido lleva a cabo el nombramiento de SeyB-Inquart, líder austríaco nazi, como sustituto del anterior en la Presidencia del Gobierno. Todo el proceso tiene un final: la Anexión del país.

La invasión por las tropas alemanas del territorio se produce al poco tiempo. Contraviniendo todos los tratados internacionales y las normas de la Sociedad de Naciones sobre la soberanía de los Estados, el hecho se produce en los días subsiguientes con el pretexto de mantener el orden público. Los dirigentes nazis locales habían provocado previamente ciertos incidentes en la capital y en algunas ciudades austríacas para allanar el camino.

Schuschnigg y Miklas, de extracción conservadora, colaboraron en 1934 con Dolfuss,  el canciller de Austria, en la represión de los trabajadores, de los sindicatos y los políticos socialdemócratas y comunistas de su país.

El relato en los tres escenarios, es tan meticuloso como un documental. Las imágenes son descritas con la precisión de un notario. Los detalles son muy interesantes para valorar los dramáticos momentos que vivió la Europa central en los momentos previos al estallido de la guerra.

Luego vino Checoslovaquia, en Octubre del 1938, y finalmente, en Septiembre del 1939, Polonia, momento en que las potencias occidentales decidieron decir basta a la política de contención, que acabaron siendo de claudicación.

Están también recogidas en el relato las referencias documentales que dieron lugar a que en el juicio de Nuremberg algunos de los protagonistas fueran juzgados y ahorcados, previa acreditación de los motivos y junto con ellos las causas que lo motivaron.

Entre tanto, el dimitido Primer Ministro austríaco, Schuschnigg, después de pasar unos años en una cárcel alemana, acabó por cambiar de vida y viajar a USA para impartir clases como profesor en una Universidad y desde allí escribir sus memorias. Es un libro con un lenguaje breve y cinematográfico que recoge momentos claves de la Historia.

                                                                      Pedro Liébana Collado

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