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Escalada de violencia en Oriente Medio

Como advierten numerosos periodistas especializados en Oriente Medio, Netanyahu quiere una guerra a gran escala, y “hoy está un paso más cerca de conseguirlo”. Lleva años en guerra en vez de buscar la paz en el territorio, y mientras esté Netanyahu al frente de Israel no parece que se vislumbre otro camino.

¿Por qué? ¿Qué pretende Netanyahu?

Sea lo que sea, tiene al mundo pendiente de un hilo, porque Oriente Medio es un polvorín a punto de entrar en una guerra sin precedentes.

EEUU no se atreve a parar los pies a Netanyahu, Él lo sabe y aprieta más la cuerda. Sin duda, lo que está ocurriendo influirá en las elecciones norteamericanas, y no soy capaz de adivinar en qué sentido. Por una parte, Kamala Harris no puede mantener una actitud tan drástica como en Ucrania; por otra parte, Trump está, como siempre, haciendo un populismo barato y mal intencionado; como las veces que lo hemos visto apoyar abiertamente a Putin.

China tienen grandes intereses en Oriente Medio. Entre otras cosas, en términos energéticos, cerca de la mitad del petróleo que exporta procede de Arabia Saudí, Irak, Omán, Emiratos Árabes y Kuwait. Además de las grandes inversiones en infraestructuras y las relaciones diplomáticas que mantiene. China es el mayor socio comercial de Irán, lo que supone un salvavidas frente a las sanciones estadounidenses.

De la misma forma que EEUU tiene su ascendencia sobre Israel, aunque más bien parece que sea al contrario, China tiene su influencia sobre Irán. Por tanto, para China no es indiferente la guerra que se pueda abrir en esa zona.

Rusia mantiene discreción, porque mientras sigue con su conflicto en Ucrania y teniendo bajo presión a la Unión Europea. Pero su apoyo, sin duda, es para Irán. Aunque Rusia tiene una guerra abierta y no está para más luchas, tampoco se mantendría neutral.

Irán además ha ido tejiendo relaciones con los países de Oriente Medio, por lo que no está aislado ni solo en este conflicto.

Si es complejo entender lo que ocurre en Oriente Medio y las implicaciones entre los distintos países, más extraño resulta entender cuáles son las posiciones de partidos europeos que suben electoralmente como la espuma.

Lo acabamos de ver con el partido ultraderecha de Austria que ha ganado las elecciones con un 30%, la primera vez desde la II Guerra Mundial. Algo realmente preocupante, aunque aún podemos respirar porque no van a poder gobernar.

Sin embargo, y sorprendentemente, mientras Putin dice que su guerra contra Ucrania es para “desnazificar” ese territorio, los nazis austriacos apoyan a Putin.

No es una estrategia en solitario. Estamos viendo a toda la ultraderecha europea apoyando a Putin: encabezados fundamentalmente por Víktor Orbán, le sigue Eslovaquia, la extrema derecha alemana, la francesa con Marie Le Pen, la italiana con Salvini, …

Los mismos que apoyan a Putin en el conflicto contra Ucrania son los que apoyan a Netanyahu en su conflicto contra Palestina.

¿Qué pueden tener en común y qué les une a todos los mandatarios ultras para unirse? Seguramente su aversión por la democracia.

Ana Noguera

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