Familia irreal
¿Qué pasaría si todo este conflicto con el exjefe de estado se produjera en la tercera República? Pues normalidad, se juzga al expresidente, si procede, y nada más; inocente o culpable. Como es natural, el presidente actual no tendría nada que ver con las fechorías que hubiera cometido el anterior. Pero, si estuviera implicado, hay que elegir a otro. Es lo que tiene la democracia.
No es lo mismo con la Monarquía, que funciona con la herencia como método y, como todo el mundo sabe, se hereda lo bueno y lo malo. No puedes seleccionar en una herencia, solo puedes leer el testamento y renunciar, pero a todo. Y eso tiene consecuencias inevitables, no se pueden hacer trampas. No es lógico acudir a la herencia cuando nos referimos ni más ni menos que a un reino, y eludir la herencia cuando lo que viene es una tormenta cancerígena de corruptelas y trapicheos con la llamada corona de por medio. Esa es la diferencia, que la Monarquía será una institución, pero heredada. La República también es una institución, pero elegida. ¿Por qué tanto miedo a la República?
Si el rey actual condena al anterior (es decir, a su padre) quitándole la paga de los domingos, digo yo que habrá hecho alguna trastada, prueba evidente de que hay más de lo que sabemos. Y si es su hijo desde siempre, me parece que algo habrá tolerado y disimulado (en su casa, en su familia, en sus negocios, en sus cacerías) hasta que las noticias se le han subido a las barbas. La continuidad heredada tiene sus servidumbres, y no se pueden ocultar. O renuncia a la corona, o asume los desaguisados como propios.
Dicen que el rey emérito (1) llevaba consigo a los actos al entonces príncipe para que aprendiera qué es eso de reinar y, al decirlo, se le llenaba la boca de patriotismo. No sé, ahora que el príncipe aprendiz es rey, si ha aprendido todo lo que debía y lo que no. Ese es el argumento de los monárquicos, que el rey es alguien educado específicamente para representar al reino, por encima de las diatribas de los partidos políticos y de los votos. Ya se ve que es un sistema fracasado. No hay nada por encima de los votos.
Y no quisiera volver a aquello de “lo que ha hecho Juan Carlos no es ético, pero es legal” porque, si es así, es preciso salir corriendo para cambiar algo, con tres opciones. O cambiar a Juan Carlos, para que aprenda de verdad lo que es la Ética, que falta le hace, pero apartado de cualquier privilegio o titulación. O cambiar la ley para que castigue con severidad aquello que no es ético, sin coartadas ni atajos. O, lo que sería peor, cambiar la ética para devaluarla y escribirla con minúsculas. Si la ley no es igual para todos, y no se acerca mucho, mucho a la Ética, hasta identificarse con ella, estamos perdidos. Es difícil pensar que se puedan hacer leyes pensando en otra cosa que no sea la Ética.
¿Y qué es eso del respeto? A un rey se le debe respeto, dicen, pero no menos que el que él nos debe a nosotros. Algunos artistas fueron condenados por cantar lo que hoy parece ser verdad. Para justificar esa condena con juicio rápido incluido, se aludía al traído y llevado respeto. Ahora deberían pedirles perdón a artistas y raperos, aplaudirles, agradecerles por avisar, y repararles el daño causado por ser éticos, y decir la verdad.
(1) Emérito, que se ha retirado de un empleo o cargo y disfruta algún premio por sus buenos servicios. Definición de la RAE.
Debemos entender por buenos servicios aquellos destacables que exceden de sus obligaciones, no solo cumplir con su trabajo, por el que cobra. En nuestro caso, sin duda, se ha excedido sobradamente de esas obligaciones, pero en otra dirección. ¿Cómo deberíamos llamarle? ¿Rey demérito?
Rafa Rivera