Hacer enemigos: La Ilustración oscura
Lo que está ocurriendo en EEUU es una locura que solo podríamos imaginar en una pesadilla. Hay que reconocer que recoge la peor herencia cultural de EEUU desde su creación: ese matonismo western que hemos visto en las mediocres películas de serie B, donde todo problema se resuelve con la pistola, los puñetazos y las bravuconerías.
En cambio, el gobierno Trump se ha olvidado completamente de cómo se configuró ese país: con la mezcla cultural de todos aquellos que fueron a conquistar sus tierras expulsados de sus países, llevados como esclavos o en busca de una oportunidad, como ocurre ahora con tantos migrantes a los que ellos criminalizan.
El gobierno Trump se ha quitado la careta y está al frente del peor gobierno de la historia de EEUU. Aranceles, amenazas, insultos, deportaciones, … Todo ello le está llevando a crearse enemigos por todas partes. Eso es lo que pretende, porque cree que puede gobernar solo con el uso de la fuerza y la amenaza, sin ningún tipo de diplomacia ni negociación.
Atenta contra Europa con insultos continuos; pretende anexionarse Groenlandia sin importarle su soberanía; quiere negociar con Putin para repartirse el pastel de las tierras raras; con una economía desorientada y amenazante solo está provocando incertidumbre, caída de las bolsas y la pérdida abultada de la riqueza de sus principales socios; las deportaciones a migrantes provocarán una caída en la atención social y el trabajo en áreas que no cubren los estadounidenses; y, ante un país que se ha vuelto antipático, egoísta y enemigo del resto del mundo, el turismo a EEUU está cayendo en picado.
Todo ello aderezado con el despido de funcionarios, el ataque a los jueces de su país, el desmantelamiento de instituciones garantes de la democracia, y la amenaza de que quiere un tercer mandato saltándose cualquier normativa que lo impida. Y con una involución cultural que está levantando ampollas: el ataque a los derechos de las mujeres, de la comunidad LGTBI, de los migrantes o incluso turistas de otras nacionalidades, y seguramente el riesgo ante muchos trabajadores no estadounidenses que llevan muchos años en EEUU aportando conocimiento, investigación y formación que ven cómo se ataca también a las universidades americanas.
Trump parece olvidar (seguramente lo desconoce) que EEUU se hizo grande y poderosa en la II Guerra Mundial cuando el conocimiento europeo emigró huyendo del nazismo y encontró una oportunidad en EEUU. El mismo país que hoy los expulsa con malos modos.
¿Qué conseguirá Trump con su política de “matonismo”? Evidentemente nada bueno ni para el mundo ni para su propio país. No se puede gobernar como piensa hacerlo Trump, porque se juntan tres elementos muy peligrosos: la soberbia, la ignorancia y el egoísmo.
No creo que Trump tenga una gran capacidad lectora ni reflexiva ni intelectual, pero alguno de su gobierno sí lo pretende como es el caso de su vicepresidente J.D Vance que sigue los dictados de esa nueva “¿filosofía?” llamada Ilustración Oscura, promulgada por Nick Land y difundida por Curtis Yarvin.
Su objetivo principal: terminar con la democracia que es el principal obstáculo para el capitalismo y la libertad. No deben ser los políticos quienes gobiernen sino los oligarcas tecnócratas (véase Elon Musk). Puede parecer una irrealidad o algo absurdo, pero desde hace tiempo esos postulados, conscientes o no, han sido promulgados por parte de la ultraderecha y también alguna derecha española como la que representa Díaz Ayuso.
Para Curtis, “hay que poner fin al fallido experimento democrático”. Como si se tratara de una película distópica de ciencia ficción, el sueño de este genio bloguero es una sociedad de empresarios digitales que son los que mandan y rigen los destinos del mundo, con ciudadanos de a pie sin participación ni derechos, con la expulsión de los improductivos por cualquier problema personal, e implantar una “tecnocracia”.
Por supuesto, sus teorías están llenas de revisionismo histórico, de falacias argumentativas, de trampas intelectuales, y de negacionismo de los derechos humanos.
Y todo podría resultar una broma de mal gusto, de las que podríamos reírnos pensando en que estamos a salvo con nuestro Estado de Derecho si no fuera porque es “la mano que mece la cuna” del gobierno Trump con un insolente Vance al frente y con un Musk que carece de cualquier empatía social.
Los monstruos de la Ilustración Oscura están al frente de la primera potencia mundial con un presidente de gobierno Trump que puede acabar como la marioneta del movimiento neoreaccionario, conocido como NRx.
¿Algo bueno de todo este experimento? Pues sí.
El resto del mundo, aunque desconcertado al principio, está reaccionando a tanta velocidad como lo hacen las tonterías absurdas y peligrosas de Trump. Sin perder la capacidad diplomática, Europa y el resto del mundo se organizan, buscan su protección en defensa, sus nuevos mercados de colaboración, los contrapesos de la globalización, y surge una ciudadanía muy comprometida con la democracia y los derechos.
¿Qué piensa de todo esto la ultraderecha europea?
Pasen, señores y señoras, contemplen cuál es el caos económico y político que nos espera si en Europa gobernara la ultraderecha. Estas son las políticas de Le Pen o de Santiago Abascal: ignorancia económica, caos político, odio social, caída de la productividad y el mercado, pérdida de derechos. Y, sobre todo, cada vez más cerca de una nueva guerra mundial.
Solo hay una salida razonable: volver a la senda de la democracia, el Estado de Derecho y el fortalecimiento de Europa.
Ana Noguera