Ignacio Martínez de Pisón
Libro: “María Bonita”
Autor: Ignacio Martínez de Pisón
Editorial: Anagrama
Año 2000
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Es una novela menor dentro de las que el autor ha escrito, pero no por ello menos interesante y muy bien escrita. Martínez de Pisón es un novelista de probada profundidad de campo. Sabe investigar y documentarse como en su novela “Enterrar a los muertos” o en otras de pequeña extensión como ésta o como la “Ternura del dragón” pero de no menos interés para el retrato menudo. Es como esos pintores miniaturistas en los que en la narración quedan acuñadas anécdotas personales muy interesantes, acompañadas de un retrato eficaz y atinado de tipo psicológico. sobre el que se extiende un fondo esplendido, igual que un lienzo.
En “María Bonita” se refleja la descripción del franquismo en los años 60 y la esperanza de la monarquía al fondo como señuelo sobre el que discurre la vida de los españoles y como ventana en la que el autor se detiene en la vida de una niña y su familia. Es una familia humilde, que vive en condiciones muy difíciles, primero en una zona rural, en una de esas casas para colonos de las obras públicas, y luego en uno de los suburbios madrileños de finales de los 60.
Sobre ese cuadro de estrecheces, su tía a quien tanto admira vive en unas condiciones materiales algo más que holgadas, sin tener límite alguno. Este personaje, la hermana de su madre, tiene una pareja con la que convive y a través de la cual organizan sus estafas sobre las que sustenta su tren de vida.
Es paradigmático el modelo de conducta social cuando en uno de los pasajes viajan en un verano a Estoril, llevándose la niña como anzuelo, para conseguir vender un cuadro falso a uno de los muchos personajes del entorno de D. Alfonso de Borbón, con quien se codean en sus recepciones. Recuerda la escena a “La Escopeta Nacional” de Berlanga cuando uno de los personajes en las cacerias de Franco sobornaba a todo el mundo para conseguir la concesión de un portero automático. En este caso, el papanatismo del foro facilita la opción a la comisión del delito.
Es difícil conseguir y sostener en poco más de 150 páginas un relato tan limpio, tan transparente, y tan resolutivo , en el que el dibujo de los personajes y la descripción del paisaje cobran vida como lo hace Martínez de Pisón. Siempre usa el mismo método, nos plantea un personaje, o unos pocos, y alrededor en círculos, el contexto y el argumento y de ahí el relato que crece para pasar del lado intimista de ese personaje, en este caso una niña, hacia el fondo del lienzo.
La historia de María, el personaje, es una historia de aprendizaje, de iniciación a la vida, desde sus vivencias de niña a la frontera de la adolescencia. Es un momento de emociones encontradas, sorpresas y contrastes. La adolescente acaba encontrándose, pasadas las fantasías del momento, con la dura realidad. Su admiración por la tía, que desplaza a la madre en afectos, y que acaba quedando desvirtuada por su conducta delictiva. María, la protagonista, queda desolada por el final que ha contribuido, sin saberlo, a producir.
La realidad es dura en los años de finales de los sesenta, el margen para las familias obreras es escaso, el padre en la cárcel, detenido por propaganda ilegal, las penurias cotidianas, el rudo comportamiento de la madre debatiéndose en medio de la escasez de recursos. Todo apunta a volver al punto de partida después de ver y vivir un sueño del que el despertar es muy amargo.
Ignacio Martínez de Pisón vuelve a la familia y a la infancia, a los territorios literarios en que se encuentra cómodo. Nacido en 1960 en Zaragoza, viviendo en Barcelona, es un consolidado escritor de historias crudas y bien documentadas, con ángel en sus retratos, rico en personajes coherentes, moviéndose dentro de historias bien construidas, con un estilo literario sólido y de fácil lectura.
Pedro Liébana Collado