De los 22 inmuebles licitados, 17 recibieron ofertas y quedaron sin puja cuatro locales comerciales y un bajo-vivienda. La mayoría ha quedado en manos de españoles, aunque a la subasta se presentaron bastantes extranjeros.
Entre los inmuebles licitados destacan dos por el numero de ofertas que se recibieron. Se trata del edificio completo de planta bajo y piso en el 185 de la calle José Benlliure, con un solar de 63 m2 y 101 m2 de superficie construida, que ha recibido 38 ofertas, que tenía un precio de salida de 54.944 euros y que ha sido adjudicado por 65.000. El inmueble se lo ha quedado una persona de nacionalidad española menor de 35 años de nacionalidad española, que no está actualmente empadronada en el barrio, para su residencia habitual y permanente y usos profesionales. Aunque no ha sido la mayor oferta económica se le ha adjudicado la vivienda en base a la baremación obtenida por su perfil personal.
El segundo que más interés ha suscitado en la subasta ha sido el solar de 120 m2 del número 30 de la calle de los Ángeles que recibió 35 ofertas y que tenía un precio de salida de 108.900 euros, aunque finalmente se ha adjudicado por 152.460 a una persona de nacionalidad española y mayor de 65 años ya empadronada en el Cabanyal para su residencia habitual y permanente, junto a otros usos profesionales. Al igual que en el anterior caso la adjudicación se hace en base a la baremación obtenida por su perfil personal y no siendo su oferta económica la mayor entre las presentadas inicialmente.
Respecto a los inmuebles que son viviendas y forman parte de un edificio con uso residencial colectivo, el que obtuvo más solicitudes fue el situado en la calle Mijares, 5, una vivienda de 74 m2, que ya se había ofrecido en venta en anteriores licitaciones, quedando desierta, y que en esta ocasión ha recibido 10 ofertas de compra. Su precio de salida era de 47.453 euros y ha sido adjudicada por 49.900, a un español que no está actualmente empadronado en el barrio para su residencia habitual y permanente, junto a otros usos profesionales, no siendo su oferta económica la mayor entre las presentadas.
De todos los inmuebles licitados el que se ha adjudicado por una oferta económica más alta es el solar de calle Vicente Ballester, 40, que ha recibido 15 ofertas. Ubicado muy cerca de Serrería y la estación del Cabanyal, el solar tenía un precio de salida de 151.200 euros y se ha adjudicado por 181.189 euros a una persona menor de 35 años empadronado en el barrio y que lo destinará a su residencia habitual y permanente
La mayoría de los adjudicatarios (15) destinarán el inmueble a su residencia habitual y permanente y tan solo dos lo pondrán en uso de alquiler para residencia habitual y permanente, quedando expresamente prohibido su uso como apartamento turístico.
De las 15 personas físicas que han resultado adjudicatarias y destinaran el inmueble a su residencia habitual y permanente, nueve ya estaban empadronadas previamente en el barrio. De las dos personas físicas que han resultado adjudicatarias y destinaran el inmueble para uso de alquiler para residencia habitual y permanente, una está empadronada en el barrio.
Las viviendas adjudicadas tienen un valor de 1,4 millones y el objetivo de la subasta, como ha explicado la vicealcladesa, Sandra Gómez, es favorecer a las personas que quieran establecer su vivienda habitual en el barrio.
La subasta ha contado con unos criterios establecidos de baremación, que, a parte del precio ofrecido en subasta por cada propiedad, ha priorizado aspectos que favorecen la regeneración del tejido residencial del barrio y el arraigo de sus vecinos y vecinas. Por ejemplo, se ha valorado que se destine la vivienda a residencia habitual y permanente, y que en el caso de que se ofrezca como alquiler, sea durante al menos diez años. También se han considerado criterios que priorizan a grupos de edad con mayor dificultad de acceso a la vivienda, a personas o familias dentro de algún tipo de vulnerabilidad, o a personas empadronadas o que trabajen en el barrio; Asimismo, se ha valorado positivamente la conversión a uso residencial de locales de otro uso. En cualquier caso, las bases excluyen expresamente el uso como vivienda turística de cualquiera de estas propiedades.
“Estos inmuebles fueron expropiados por el anterior gobierno municipal en el marco de un proyecto que habría supuesto la destrucción de la trama histórica del marítimo y que provocó el desplazamiento de las personas que vivían en esta parte del barrio. Con actuaciones como esta facilitamos que los vecinos y vecinas puedan establecerse en esta zona y que esta parte del barrio del Cabanyal-Canyamelar vuelva a llenarse de vida y sume nuevos vecinos y vecinas”, ha concluido la vicealcaldesa.
Hortensia García
Publicado en Levante.emv