Juan García Caselles: «Hugo»
Conocí a Hugo por los años ochenta, cuando empecé a ir por la Malvarrosa al iniciarse mi relación con Candelas, tan añorada, seguida de mi incorporación a la Comunidad Cristiana que por aquel entonces existía en el barrio. No es que llegáramos a ser íntimos amigos, pero mi relación con él fué siempre cordial y respetuosa.
Coincidíamos en muchas cosas, sobre todo en la fe y en las opciones sociales y políticas y tener la sensación de remar al unísono, de formar parte de una sola corriente.
Después de tantos años lo recuerdo con cariño y quiero destacar sus cualidades más definitorias, a mi entender.
Una era su cercanía, su amabilidad, esa sensación de que haría por tí lo que le pidieras, su capacidad de estar a la altura de quienquiera que se le acercase. Era algo que se correspondía con su humanidad, ese peso que va dejando en nosotros una vida de servicio y, porqué no decirlo, de amor.
Otra era su coherencia, su capacidad de hacer vida de lo que eran sus convicciones, siempre adaptándose a los innumerables obstáculos con que nos “regala” esta sociedad capitalista en que vivimos y aprovechando los escasos resquicios de poder que puedan ser utilizados en beneficio de los más desfavorecidos.
No es que no tuviera defectos, que, como cada mortal, los tenía.
Pero el peso de su bonhomía (su vivir ex abunantia cordis) hacía que no se tuvieran en cuenta.
Fué un hombre de bien.
Juan García Caselles
diciembre 5th, 2020 at 5:05 pm
Yo que conocí y compartí una parte importante de mi vida con mi amigo Hugo, puedo asegurar que la expresión que mejor lo define es la de… FUE UN HOMBRE DE BIEN