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Kamala Harris, la mujer que puede sentarse en la Casa Blanca dentro de cuatro años

Estos son los orígenes y la ideología de la nueva vicepresidenta de Estados Unidos

Fotografía de la campaña de Joe Biden, distribuida para anunciar la decisión de elegir Kamala Harris

Kamala Harris será la vicepresidenta del Partido Demócrata de Estados Unidos y por tanto, la primera mujer que llega a este cargo. Mujer y afroamericana, también de ascendencia asiática, moderadamente de izquierdas, más que Biden, pero con un pasado importante como fiscal en San Francisco y California y que tiene cincuenta y cinco años. No es ningún secreto que Biden no probará paso la reelección en 2024, porque entonces tendrá más de ochenta años. De modo que Kamala Harris no sólo ya es vicepresidenta, sino que también ya es la mujer que dentro de cuatro años podría ser la primera presidenta de Estados Unidos.

Kamala Devi Harris  (el nombre se pronuncia Con el acento sobre la primera letra a ) es una abogada que ha ocupado el cargo de senadora de Estados Unidos por California desde el 2017. Harris nació en 1964, de padres inmigrantes de la India y Jamaica, lo que la convierte en la primera mujer afroamericana pero también la primera asiaticoamericana que ocupa el cargo de vicepresidenta. Era la tercera mujer a intentarlo, pero ninguno lo había conseguido hasta ahora.

Harris fue fiscal general de California del 2011 al 2017 y antes había sido fiscal de distrito en San Francisco, de 2004 a 2010. En 2016 se convirtió en senadora de Estados Unidos, la tercera senadora mujer en la historia del senado y la primera de descendencia india y jamaicana. El 21 de enero de 2019, anunció oficialmente su campaña a la presidencia de Estados Unidos para las elecciones presidenciales de 2020, candidatura que suspendió en diciembre porque consiguió muy pocos votos. Antes, sin embargo, tuvo tiempo de protagonizar un duro enfrentamiento precisamente con Joe Biden, por su tibieza en el pasado contra el racismo.

Una opción segura para Biden

La elección de Kamala Harris, más allá de su importancia histórica, no sorprendió mucho, porque su nombre sonaba como compañera de candidatura de Biden. El antiguo vicepresidente de Obama había anunciado su intención de proponer una mujer como candidata a la vicepresidencia y los graves incidentes raciales durante las primarias habían hecho asumir la idea de que tenía que ser una mujer afroamericana. Harris no era la única de la lista, pero seguramente era la opción más segura.

Biden había hecho saber que quería una mujer que tuviera experiencia previa en la política nacional. En este sentido, ser senadora es muy importante, porque el senado es tradicionalmente el lugar de donde vienen los presidentes. Pero además, durante un año, Harris hizo una campaña, aunque sin éxito, para ser ella la candidata a la presidencia.

Esto significa que sabe y ha vivido la tensión que tiene un candidato. Que su vida privada y su pasado en todos los terrenos han sido analizados y escrutados. Y que ha comprendido la importancia de la comunicación, aún más en una campaña como la que habrá.

Ideológicamente, Harris podría considerarse moderadamente de izquierdas, dentro del espectro del Partido Demócrata. No es una opción para la izquierda del partido, como habría sido Ocasio-Cortez, por ejemplo. Pero compensa el conservadurismo de Biden en muchas cuestiones. Es contraria al fracking, ha pedido una reducción del gasto militar, está a favor de la Obamacare, el programa de seguridad social, y es una activa defensora de los derechos civiles. Es, por tanto, una opción que inclina el perfil del partido un poco a la izquierda, con lo cual esperan consolidar el voto afroamericano y joven, aún más con la expectativa de que pueda ser la candidata a la presidencia dentro de cuatro años.

Sin embargo, los sectores más progresistas del Partido Demócrata no acaban de sentirse cómodos con ella, especialmente para algunas de las actuaciones que tuvo mientras fue fiscal general de California. El hecho de que no quisiera perseguir OneWest Bank, acusado de violar las ejecuciones hipotecarias, ha sido un argumento que se ha utilizado repetidamente en su contra. También el mal resultado en las primarias, donde sólo alcanzó el 2%, se ha utilizado para criticar su candidatura.

Harris ya tenía antes de la elección una buena relación con la familia Biden, porque trabajó con el hijo de Biden,  Beau Biden, muerto en 2015 por un tumor cerebral, cuando ambos hacían de fiscales generales.

Kamala Harris

Consciente de los gestos y la puesta en escena, ayer apareció vestida de blanco en el acto del discurso de la victoria de Joe Biden. Lo hizo en homenaje al movimiento de las sufragistas de principio del siglo XX, que se vestían de blanco en las manifestaciones para pedir su derecho a voto. Más de cien años más tarde, ayer una mujer empezaba a entrar en la Casa Blanca.

 

Publicado por la redacción de Vilaweb

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