“La felicidad es garantizarse tiempo para cultivar los afectos”
José “Pepe” Mujica y Alberto Fernández participaron la semana pasada de un acto organizado por el centro de estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires. Compartimos el discurso completo del ex presidente uruguayo: “Ser militante significa dedicar una parte importante de nuestra vida a la suerte de los demás, bajo la utopía y el sueño de que se puede construir un mundo un poco mejor que aquel que nos tocó al nacer. La felicidad es también un poco de solidaridad”, dijo frente a cientos de jóvenes.
La mayoría acá podrían ser mis nietos, pero a la edad de ustedes es natural que los seres humanos germinen utopías, tengan sueños de un mundo mejor. El desafío que van a enfrentar a lo largo de la vida es cómo mantener ese fuego sagrado cuando la piel se te arruga, cuando las patas se te enlentecen, cuando la vida te llena de responsabilidades y de desafíos, cuando cada fin de mes hay que pagar cuentas, cuando tienes que volverte hidropésico trabajando para una multinacional y cuando miras el transcurso de tu vida, la hilacha de tus sueños. Porque la historia humana es un cementerio de utopías, pero gracias a ello vamos andando. Porque siempre tenemos mucha mas capacidad de soñar, que la capacidad que tenemos de concretar. ¿Pero qué sería el vivir sin sueños? ¿Qué sería ser como un ladrillo, como una roca y no tener sentires, emociones y compromisos?
Muchachos, el único milagro que hay arriba de la tierra para cada uno de ustedes es haber nacido, esto es tan cotidiano para cada uno que no se dan cuenta. Había cuarenta millones de probabilidades de que le tocara a otro y te toco a ti, pero la vida se va más rápido de lo que parece y esa peculiaridad no es sólo humana, es común del mundo vivo. El mundo vivo tiene una cosa distinta al mundo inerte, tiene sentires y emociones, porque una tortuga que pone huevos siente emociones, al igual que una gallina que cuida a sus pollos, un yuyo que se reproduce y antes de morir es semilla para sembrarse, esa es su manera de sentir. La diferencia humana es que tenemos conciencia, además de vivir podemos reflejarnos en una conciencia, y ya que te tocó nacer la pregunta es: ¿qué haces de tu vida? Si tu vida va a ser la de un sujeto pagador de cuentas que confunde ser con tener y el mercado te termina organizando el corazón, las relaciones humanas y todo lo demás o si a tu vida sos capaz de darle un contenido y ser en parte autor del rumbo de la misma.
Estamos acá por la solidaridad de generaciones que hicieron posible una acumulación de conocimientos que se transmitieron de generación en generación. Vendrán otras y ustedes van a tener otros desafíos, grandes desafíos. Estamos organizando un gigantesco sartén en este mundo para freir las cosas vivas y ustedes tendrán que pelear contra ese egoísmo que nos amenaza de un holocausto ecológico. Ustedes son argentinos en primer término, pero en segundo término son latinoamericanos y son hermanos de todos los pueblos pobres que están en América. Tienen la vida por delante, no traicionen esta hermosa etapa de vuestra vida, apliquen o transformen conscientemente los momentos y prolonguen esta edad hermosa que les toca vivir. Y eso va a depender de una cosa que se llama la voluntad.
«La vida militante, no es un premio es una aventura, pero es tener causa para vivir y no vivir por el mero hecho de haber nacido. Ser militante significa dedicar una parte importante de nuestra vida a la suerte de los demás, bajo la utopía y el sueño de que se puede construir un mundo un poco mejor que aquel que nos tocó al nacer. Pero eso que es emotivo y muy importante, el quid de la cuestión es mantener el fuego sagrado de esa aventura a lo largo de la vida».
Porque nos toca vivir en un sistema que genera una cultura en la cual estamos inmersos y necesita hacernos funcionales a ser compradores compulsivos, porque si no todo se tranca. Tendemos a confundir felicidad con tener objetos nuevos y a veces abandonamos las cosas más sagradas que son siempre las mismas y pocas que nos rodean. O aprendes a ser feliz con las cosas elementales de la vida o no serás nunca feliz.
¿Qué tiene que ver esto? Sé que en mi discurso hay un poco de viejo vizcacha. Pero gurises, el desafío que van a enfrentar es precisamente la vorágine de la cultura que ha generado nuestro tiempo y hay que pensar en entender que eso que se puede llamar felicidad significa garantizarse tiempo para cultivar los afectos, que es la diferencia que tiene la vida y los sentires. Trabajar hay que trabajar, porque el que no trabaja esta viviendo a costilla de alguno que sí lo hace, no se debe ser parásito, pero la vida no es solo trabajar, hay que asegurarse tiempo para las relaciones humanas, los hijos, el amor, los que van a venir, porque la vida se te va. No se dejen robar la libertad, porque eres libre solo cuando gastas tiempo de tu vida en aquellas cosas que te motivan sin joder a otro. La felicidad es también un poco de solidaridad.
Gurises, no sé el rumbo que va a tener Argentina, se que va a salir de la angustia que tiene, ha salido mil veces. Es un país riquísimo y tal vez su desgracia esta ahí, en el exceso de riquezas que tiene. Ustedes son responsables de lo que va a venir, pero gasten su existencia a favor de la causa humana, no se olviden de los miles que no pueden venir a la universidad, de los que todavía se acurrucan en la soledad de los campos, de las montañas, en los socavones. El ser universitario no es un privilegio es una obligación, la de servir a su pueblo y no para oprimirlo. Por eso: suerte y hasta siempre.
Pepe Mujica
Artículo publicado en Tinta China