Todos los sábados por la mañana un negocio de ropa infantil en el barrio hipster de Malasaña, en el corazón de la capital, estará regentado por una tendera especial: Manuela Carmena, hasta el pasado 15 de junio alcaldesa del Ayuntamiento de Madrid. «La monté cuando me jubilé de la judicatura», evoca. «Heredé un montón de telas de mi suegra, una persona con una capacidad estética muy grande. Y me dije que qué hacía yo con tanta tela. Hice unos zapatos de tela, gustaron entre los míos y empecé a pensar que quién podía hacer este trabajo. Y resolví: las presidiarias».
Carmena (1944), que se llevó una desagradable sorpresa el pasado 26 de mayo cuando supo que no repetiría como regidora a pesar de sacar más de 100.000 votos al segundo en liza, funda la tienda en diciembre de 2010, no exenta de trabas burocráticas. «Monté esto como una Sociedad Limitada (S.L.) y tuve una experiencia muy curiosa; lo primero que me dijeron es ‘oiga, usted como jubilada no puede crear nada’». Entonces la ex magistrada funda una ONG llamada Cosiendo el Paro, que en 2011 se convierte en Yayos Emprendedores S.L. De ahí nace Zapatelas, en la Calle de Manuela Malasaña, abierta de lunes a sábado. En el escaparate se exhiben varias manuelas, unas muñecas de tela que la ex regidora solía confeccionar en sus ratos libres.
«Inicialmente pensé en personas que estuvieran privadas de libertad en las cárceles», relata a El Independiente. «Después se nos abrió un campo para poder colaborar con personas que no tenían ninguna posibilidad de acceder al mercado de trabajo».
Al ser elegida alcaldesa en 2015, toma la decisión de renunciar a cualquier actividad empresarial. «Pero al volver a la sociedad civil he querido volver, lo cual me encanta. Estoy todos los sábados por la mañana aquí despachando de 11 a 14.30 horas».
Carmena quería seguir en la gestión municipal. Pero la matemática electoral envió a Más Madrid a la oposición tras el pacto de PP y Ciudadanos con el apoyo externo de Vox, un respaldo no exento de polémica. «¿Que como es mi vida ahora? Pues como la de cualquier ciudadano. He tenido una grandísima experiencia en el Ayuntamiento de Madrid e intento acumularla a mi vida de abogada laboralista y de magistrada después. Todo esto quiero resumirlo en hacer una fundación para reflexionar sobre la ética en la política. Ese es el eje central de mi actividad».
– ¿En torno a ese eje gravita su colaboración en la Cadena Ser como tertuliana, no?
– No, no quiero ser tertuliana porque no tiene sentido participar en ninguna tertulia. Lo único que quiero es generar debates que giren en torno al eje sobre el cual versa esta fundación. Los tertulianos, los analistas, son personas que se dedican a valorar la situación política. Yo no estoy preparada. Yo solo estoy preparada para opinar en abstracto sobre cómo debe ser la política.
De la alcaldía a tapizar sillas
Tras el paso por la política municipal, se dedica a «recuperar asuntos personales, como tapizar sillas de la cocina, que estaban destrozadas y las he dejado como nuevas». ¿Qué le parece la nueva Corporación? «Quiero ser muy prudente», asegura. «Una ex alcaldesa no puede convertirse en la voz crítica de quien está en el poder».
Profesa respeto hacia su sucesor pero le pide responsabilidad. «Me remito a lo que dije durante la investidura del nuevo alcalde: cuando ha habido unas elecciones con un apoyo tan grande al ayuntamiento anterior, hay que respetar la voluntad de tantísimos madrileños. Y ya lo está haciendo Martínez-Almeida, ¿no? El hecho de que se haya aceptado que Madrid Central tiene que continuar, e incluso se dice que va a ir a más; todo esto indica que cuando hay una gran presión, el nuevo ayuntamiento debe respeto hacia esa parte».
No ha vuelto a hablar con el alcalde desde que tomó posesión. E imparte su primera clase de ‘ética política’ al responder sobre el lío veraniego de Madrid Central. «Hubo una primera actitud muy determinada por la campaña electoral. Si mal no recuerdo, el actual alcalde había prometido que al día siguiente de ser elegido desmontaba Madrid Central», lamenta.
«Eso nos tiene que valer para reflexionar cómo son las campañas electorales. ¿Qué poco profundas, qué poco serias son, no? Todos los alcaldes tienen que someterse a un marco jurídico, y en el marco jurídico no se podía revertir Madrid Central. Los tribunales se lo han dicho de una manera muy clara».
-¿Cree que vamos a elecciones?
-No tengo ni idea. No soy buena proyectando el futuro. Ni soy analista política, ni tengo base para hacer un análisis de este tipo.
-Pero, ¿le diría algo a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias?
-Hombre…damos mal ejemplo en política si no somos capaces de entendernos unos con otros. La esencia de la ética política es mejorar la vida de los ciudadanos. Y para hacer esto, ¿cómo es posible que no podamos ponernos de acuerdo en base a ese objetivo?
Su más estrecha colaboradora, la ex Primera Teniente de Alcaldesa Marta Higueras y hoy co-portavoz de Más Madrid, afirmó el miércoles en una entrevista con este medio que habían pasado del hiperliderazgo de Carmena a otro compartido con mujeres. «Y estoy de acuerdo con Marta», confiesa Carmena. «A todas esas mujeres que citas las quiero mucho. Han colaborado de manera íntima conmigo. Estoy segura de que van a hacer lo que tienen que hacer».
La política precisa de otras formas. No tienen sentido los discursos»
Carmena siempre ha recelado de los partidos tradicionales. Y sigue en sus trece, lo que defiende con una anécdota reciente. «Los partidos políticos tienen que dar un cambio trascendente en su funcionamiento. Hablé hace poco con Toni Roldán y me dijo que cuando llegó a la política intentó hablar de manera explicativa; los medios le dijeron que mejor lanzar mensajes contundentes, y él cedió. Para mi ese es el gran error: aquellas personas jóvenes que han intentado hacer partidos diferentes y que se han entregado a los partidos tradicionales. En lugar de cambiarlos, les han fagocitado.»
Aborrece los discursos. «La democracia representativa tiene que tener otras características, otra manera de actuar. No puede ser que la política se haga con discursos. ¡No tienen sentido los discursos! Hay que buscar estructuras de análisis, de resolución, de conciliación, de mediación. La imagen que tenemos de la política es un discurso tras otro ofensivo y descalificador. En la política actual se hace todo lo que hay que hacer para no entenderse».
-Respecto a lo que dice de los partidos nuevos parece referirse a Podemos.
-Yo no supe explicar mi idea de crear una plataforma [Más Madrid] independiente de los partidos. La actitud de confrontación contra mi idea en la izquierda tradicional me pareció inexplicable. Quizá no lo supe explicar.
-Se la sitúa en la Defensoría del Pueblo, en el Ministerio de Justicia… ¿se ve con fuerzas para seguir?
-No lo sé. Es una cosa que depende mucho de muchas variables. ¿Que si me siento con fuerza para desempeñar una determinada responsabilidad? Supongo que sí. Cuando me eligieron alcaldesa, dije ‘pues vamos a ver’. Ahora me siento muy bien, pero no sé cómo estaré dentro de medio año o de un año… Supongo que esto no está relacionado con la edad [tiene 75 años] sino con la salud.
-¿Echa algo de menos de la legislatura anterior?
-Echo de menos no haber podido continuar muchas cosas que estaban a punto de florecer y no dio tiempo. Y reconozco por ejemplo que me habría encantado que el Museo de la Duquesa de Osuna y de las mujeres del siglo XVIII estuviera ya abierto. Estaba previsto que se hubiera podido abrir en febrero pero todos los trámites que acompañan a las obras… pues me da pena.
Pablo García
Artíclo publicado en El Independiente