La València de Gürtel, la València del Aquarius
Dos noticias, dos hechos con fuerte carga simbólica. La València identificada como territorio de corrupción y la València de la solidaridad. La ciudad da una lección al mundo.
Gürtel y Aquarius. El primera, es el nombre del caso de corrupción más grave (con varias piezas separadas) que se ha investigado en España desde el inicio de la transición, y que ha provocado el derrumbe de todo un gobierno del PP. El segundo es el nombre del barco en el que están a la deriva más de 600 inmigrantes, entre estos 150 menores. Ambos nombres están asociados con València. El primero, para irritación, hartazgo y tristeza de los valencianos, se asocia al sistema político que durante años asaltó las instituciones valencianas para saquearlas. El segundo, traduce la iniciativa de la ciudad para acoger a esas personas en riesgo de perecer en el mar; una decisión que ha removido muchas conciencias, en España, en Europa y, especialmente, en esa Italia insolidaria, xenófoba.
Gürtel es al PP lo que Aquarius a la tragedia. En el primer caso, los jueces, los fiscales, la policía y los periodistas, han dedicado, y tardado, años en confirmar las peores sospechas: hubo una trama corrupta con una metodología que incluía a varios actores, empresariales y políticos, para financiar ilegalmente a este partido, y para beneficiar los bolsillos de muchos desaprensivos. Algunos ya están en prisión, otros condenados, otros imputados, y quedan piezas por juzgar. Gürtel se asocia a València, pero sólo debería asociarse a los culpables, a los que delinquieron y a los que lo permitieron. Respecto a tantos valencianos honrados, son una minoría; incluso dentro del PP, donde abundan también las personas honestas.
Aquarius podría ser, dicho está, una tragedia, una más de tantas registradas en el Mediterráneo en los últimos años. València ha dado el paso para evitarlo, València se ha demostrado solidaria y humanitaria. La decisión del Ayuntamiento de València, en colaboración con la Generalitat Valenciana, y apoyada por el gobierno de Pedro Sánchez, es de todos los valencianos, de todos los valencianos que creen que el mundo se puede leer de otras formas, con valentía. Esa gran masa de valencianos que comprenden que dejar a esa gente perdida en el mar es, al fin, un grave fracaso de nuestra sociedad, de la Europa de los mejores valores, que pierde terreno por los cuatro costados a causa de los populismos (polaco, británico, italiano). València puerto de acogida, València puerto de refugio. Es el mejor antídoto simbólico de lo que ha supuesto Gürtel.
Día 11 de junio. Los días 11 llevan tiempo simbolizando cosas, en ocasiones muy graves. Día 11 de junio en València, con dos noticias de primera plana, que abren los informativos, que serán comentadas durante días en todas las tertulias. Mi amigo Francesco Olivo, periodista de La Stampa, viene a València mañana para ser testigo de cómo esta ciudad va a acoger a los inmigrantes del Aquarius. Francesco Olivo ha venido a València muchas veces en los últimos años para contar la corrupción.Ahora aterrizará para ofrecer a sus lectores otra versión de esa València que ahora quiere sentirse diferente, orgullosa.Prometo compartir el reportaje que haga Francesco Olivo.
Salvador Enguix
Artículo publicado en La Vanguardia