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La vulnerabilidad de Gaia

En plena euforia electoral, se nos está olvidando cuál es el principal problema que incumbe no solo a la humanidad, única responsable de la catástrofe climática que ya estamos viviendo, sino a todo el planeta. ¿Acaso los árboles no nos dejan ver el bosque?

Gaia

Empezaremos presentándola, porque nos atañe muy directamente su situación.

Se trata de una capa esférica muy delgada formada por tierra y agua. Se encuentra entre el interior de la Tierra, que es incandescente, y la atmósfera superior que la rodea, y ha sido habitada por un tejido interactivo de organismos vivos durante más de cuatro mil millones de años.

James Lovelock1 bautizó con el nombre de «Gaia»2 a dicha capa y su interacción con los organismos vivos. Siempre dijo que era una metáfora de la Tierra viva.

Primeros «ideólogos» de Gaia

Aunque Lovelock fue el primero en concretizar lo que Gaia significaba e implicaba, la idea de que la Tierra estaba viva ya existía en la Antigüedad. En efecto, tanto la mitología universal como la filosofía griega hablaban de ella.

Con posterioridad, Leonardo da Vinci elaboró la teoría de que el cuerpo humano era un microcosmos de la Tierra y esta un macrocosmos del cuerpo humano. En la actualidad, ya sabemos que el cuerpo humano es un macrocosmos de los mucho más pequeños elementos de la vida: bacterias, parásitos, virus…

Pero no siempre fue fácil la defensa de Gaia. Ahí está Giordano Bruno, que ardió hace cuatrocientos años por defender que la Tierra estaba viva.

Científicos posteriores consideraron que nuestro planeta era un sistema que se autorregulaba y cuyos desequilibrios antes de cada autorregulación impulsaban la diversidad de la vida.

La Gaia de Lovelock

Cuando publicó su teoría acerca de ella (1972), fue radicalmente rechazada por la ciencia convencional.

Es un hecho que no debería sorprendernos, puesto que cualquier reflexión original abre enseguida una oposición, de carácter muchas veces emocional, más allá de los argumentos racionales. Lo mismo ocurrió con la teoría de la evolución por selección natural en el siglo XIX y otras muchas hipótesis rechazadas cuando aparecieron y hoy ampliamente admitidas.

Aceptación de su existencia

En 2001, en la conferencia de científicos pertenecientes a los cuatro grandes programas internacionales de investigación global, se concluyó que:

La Tierra funciona como un sistema único y autorregulado, formado por componentes físicos, químicos, biológicos y humanos. Las interacciones y flujos de información entre las partes que los componen son complejos y exhiben gran variabilidad en sus múltiples escalas temporales y espaciales.

Y esa definición es la que le corresponde a Gaia… 

La actual vulnerabilidad de Gaia

Gaia fue muy fuerte en el pasado, pero nuestros constantes ataques la están debilitando con enorme celeridad. Además, hemos de tener en cuenta que envejece como nosotros. Por ello, nuestras embestidas son cada vez más dañinas para ella.

Asimismo, el sol también envejece y el resultado es un aumento de temperaturas que se expanden hacia los planetas de su sistema solar. Otra repercusión también muy negativa para nuestro planeta. Hasta ahora, Gaia había regularizado dicho aumento de temperatura mediante la autorregulación, pero los ataques que le infligimos están dificultando su tarea y, por tanto, afectándonos muy negativamente. 

Factores humanos que enferman a Gaia

El crecimiento desenfrenado de la población humana, el empeoramiento del planeta, el acopio desmesurado de desechos como los plásticos, la polución de todo tipo, los cambios climáticos, la extralimitación de la tecnología y el exterminio masivo de la biodiversidad.

Por lo que respecta a la superpoblación humana, es una de las enfermedades graves que padece Gaia. ¿Cuáles son sus posibles consecuencias?: la destrucción de los organismos invasores que causan la enfermedad (nosotros), la infección crónica, la destrucción del huésped (Gaia) o la simbiosis.

La única opción que tenemos para que la enfermedad no acabe en defunción es la simbiosis. Se basa en el establecimiento de una relación perdurable mutuamente beneficiosa entre el huésped y el invasor. 

Cómo conseguir la simbiosis beneficiosa

Hemos de ser realistas: en estos momentos, estamos muy lejos de lograrla, pero la esperanza es lo último que deberíamos perder.

Lovelock considera que los problemas más importantes a los que se enfrenta Gaia son consecuencia de la revolución industrial. De entre todos los factores que trajo consigo, los más perjudiciales y que más pronto deberíamos eliminar están: los combustibles fósiles y los productos químicos sintéticos, las explotaciones agrícolas y ganaderas intensivas y la enorme superficie del planeta que los humanos explotamos.

Pasos a seguir

El primero, reconocer que tenemos un problema muy grave. En general, ya hemos llegado ahí.

El segundo, comprender el problema y sacar las conclusiones correctas. Actualmente, estamos entre el paso anterior y este.

El tercero, atajar el problema de forma adecuada.

En estos momentos, tanto gobernantes como poderes fácticos no van por el buen camino.

¿Llegaremos a tiempo?

1 James Ephraim Lovelock (Letchworth, Hertfordshire, 1919 – Abbotsbury, Dorset, 2022) fue médico, meteorólogo, escritor, inventor, químico atmosférico y ambientalista.
Creador de la hipótesis «Gaia», que visualiza la Tierra como un sistema autorregulado. Inventó el detector de captura de electrones, con el cual se podían localizar los componentes tóxicos en regiones tan remotas como la Antártida.
Era contrario al armamentismo nuclear, pero promovió el uso pacífico de la energía nuclear como único recurso para disminuir el gran peligro que suponen los combustibles fósiles para la desestabilización definitiva del sistema atmosférico (Wikipedia).
Este artículo se ha basado en las aportaciones del científico en cuanto al estado de la cuestión.
2 De acuerdo con la mitología griega, la diosa Gaia ya existía en los albores de la creación.  Se trata del mito más importante para nosotros, pues está considerada como la Tierra. Antes de ella, solo existía el caos. Era la diosa primordial, la madre de Cronos y Rea, quienes a su vez engendraron a todos los primeros dioses del Olimpo. Con Urano, generó a los cíclopes y restantes dioses del Olimpo.
La madre de la Tierra y, por tanto, el origen del mundo, está presente en todas las mitologías ancestrales. Según el mito de la creación, al principio solo existía el caos, que era la nada y el vacío. Entonces, nació Gaia y la vida empezó a florecer gracias a ella.

Pepa Úbeda

  1. Diego Escrivá Says:

    Llevamos tarde a la reparación. El egoismo nos autodestruira’.

  2. javiier Dominguez Says:

    Yo creo que debemos tener muy presente que el ser humano, el homo sapiens es un Frankenestein, vivito y coleando capaz de cambiar a Gaia, transformarla en basura y ponerla a su servicio.

  3. Rosa Kochubey Says:

    En primer lugar, agradecer a Pepa, la autora de este artículo y una luchadora incansable por la salud de nuestra casa común, nuestra planeta y a muchísimos otros por repetir una y otra vez que todo es muyvfrágil y somos muy vulnerable. ?Tenemos fe en que la,situación podría ser reversible? Por lo menos cuidando nuestro entorno más próximo? No se que decir…

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