Las diez peticiones de los vecinos al Govern de la Nau II
Ya son 29 ediciones, tres décadas en marcha pese al ninguneo que sufrieron algunos años por parte del Ayuntamiento de València. Los tiempos han cambiado, a mejor cabría admitir, pero quedan muchas cosas por reivindicar. Bajo el lema Asociaciones vecinales, cultura democrática, la Federación de Vecinos de València ha organizado su nueva Semana Ciudadana. Un evento cultural y social que se iniciará el próximo viernes 14 de junio con la exposición fotográfica Comercio de proximidad, comercio de barrio que se inaugurará en el Edificio del Reloj del puerto de València a las 18.30 horas.
La presidenta de la Federación, María José Broseta, ha presentado este martes los actos más destacados y el cartel, obra de José Luis Ceballos y Francisco Sanabria, que hará las veces de carta de presentación de un evento que pretende poner en valor la importancia del movimiento vecinal “como garante de la libertad, el bienestar en los barrios y los derechos sociales”, dijo Broseta. La presidenta vecinal hizo hincapié en “la importancia de un movimiento vecinal más vivo y necesario que nunca para afrontar los retos del futuro”.
Entre los actos de la semana destaca la segunda edición de la visita a los barrios olvidados de València. Tras acudir el pasado año a la zona cero del Cabanyal, en la presente edición se hará el jueves 20 un maratón fotográfico y reivindicativo en La Punta y Font D’en Corts guiados por los responsables de las asociaciones vecinales de cada zona. Además, habrá mesas de debate, en el MuVIM y en el Paraninfo de la Nau, y una gala en la que se premiará al periodista de Radio Valencia Cadena SER José Luis Chiclana, al juez Joaquim Bosch y a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil por su trabajo contra la corrupción.
Una gala que no será sino un punto y seguido en su tarea: reclamar a las autoridades la atención que se merecen los vecinos de la ciudad. Porque al margen de los proyectos pendientes (conclusión del Parque Central, soterramiento de las vías en el Grao, finalización del parque desembocadura…) los vecinos tienen toda una hoja de ruta con sus exigencias y reclamaciones para el Govern de la Nau. Si bien el listado podría ser más largo, desde las asociaciones de vecinos plantean de entrada una decena de retos perentorios que deberá resolver el segundo Govern de la Nau encabezado por Joan Ribó.
1. Las frecuencias de la EMT. La petición de “más transporte público en horas punta y nocturno” ha sido un mantra a lo largo de estos cuatro años. La respuesta desde la Concejalía de Movilidad Sostenible ha sido siempre la misma: falta dinero. Así, se invoca a la subvención para el Transporte Metropolitano que se ha reclamado al Gobierno central y que éste ha prometido. Pero, al margen de esta ayuda ministerial, en las asociaciones de vecinos desearían ver una respuesta más activa por parte del consistorio, y no sólo excusas.
2. La vivienda, ese derecho. Los vecinos reclaman “políticas para fomentar la vivienda pública y evitar la gentrificación, los desahucios y los guetos”, que se están produciendo en algunas zonas de València. Los partidos del Govern de la Nau han hecho de la vivienda pública una de sus referencias en sus programas electorales. Han prometido mucho al respecto, hasta una empresa mixta con el Ayuntamiento para ampliar el parque de vivienda público, actualmente exiguo. Entre las asociaciones de vecinos existe conciencia de esa sensibilidad, pero les gustaría que además de ser sensibles a las necesidades de los vecinos, el Ayuntamiento ofreciera respuestas.
3. València está sucia o al menos lo parece. Los presupuestos dicen una cosa: se ha aumentado la dotación para limpieza. Las impresiones dicen otra: la ciudad parece más sucia. Desde hace años la sensación es general. En el Govern de la Nau se ha planteado la posibilidad de incentivar los controles sobre las contratas de limpieza. Desde las asociaciones de vecinos también reclaman “campañas de concienciación” dirigidas no sólo a los habitantes de la ciudad, sino también a los cada vez más numerosos turistas.
4. Los árboles y la poda. La decisión de reducir la frecuencia de poda del arbolado público no ha sido compartida entre los vecinos, quienes reclaman que el Ayuntamiento en esta nueva legislatura “incremente la poda en el arbolado y realice un mejor mantenimiento de los parques y zonas verdes de barrios”, o al menos más eficaz.
5. La participación, esa entelequia. Los presupuestos participativos no han respondido a las expectativas. Que el Govern de la Nau, y en especial Movilidad, se haya justificado en peticiones de medio centenar de personas para llevar a cabo algunas de sus apuestas más polémicas, tampoco ha contribuido. Parafraseando a Ortega y Gasset, “no era eso, no era eso”. Los vecinos reclaman una participación real y no una en la que grupos minoritarios bien organizados, por muy amables y positivos que sean, puedan condicionar o imponer su modelo de ciudad, a la manera de los peores tiempos del PP, los del ordeno y mando. Es por eso que exigen un “fomento de la participación que se articule con una mayor autonomía de las juntas de distrito”.
6. La València olvidada existe. Que en la ciudad hay barrios olvidados, es aún una evidencia. 24 años de políticas centradas en un par de distritos se ha traducido en una disfunción que hace que algunos barrios sigan siendo marginados y que estos cuatro años de la Nau no han sido suficientes para corregir. Es por eso que desde la Federación reclaman “un plan de choque para afrontar la degradación y para dignificar estos barrios”. Y enumeran ejemplos: Orriols, Fuensanta, Cabanyal, Nazaret, Torrefiel, la Punta o En Corts.
7. Las terrazas no pueden ser un problema. Más que un problema, es una asignatura pendiente. En estos cuatro años el Ayuntamiento de València no parece haber encontrado la tecla para solucionar los conflictos de convivencia. Como primera medida, desde la Federación de Asociaciones de Vecinos reclaman la “puesta en marcha del Observatorio del Ocio y el Turismo para mejorar la convivencia y establecer medidas contra la sobreocupacion de terrazas, apartamentos turísticos o el botellón”.
8. Las emergencias sociales exigen respuestas rápidas, no papeleos. Para esta legislatura también se pide a los políticos municipales una mayor agilidad a la hora de afrontar los problemas y necesidades de muchos vecinos. Es por eso que solicitan una “mayor dinamización de los servicios sociales para reducir la burocracia y los tiempos de respuesta ante emergencias sociales”.
9. Aprovechar bien los recursos. Cierto es que faltan infraestructuras, pero desde la Federación de Vecinos también lamentan el poco aprovechamiento de algunas que están ya en funcionamiento. Es por ello que piden al nuevo gobierno municipal que “fomente los centros cívicos como puntos de encuentro para actividades de jóvenes y asociaciones, y equiparar a los barrios en dotaciones como por ejemplo bibliotecas”.
10. Una ciudad accesible es más bella. Completaría este decálogo de peticiones urgentes una reclamación que sorprende que todavía deba hacerse, pero desde la Federación de Vecinos constatan que hay problemas que están lejos de resolverse; y uno de ellos es la accesibilidad. Por eso piden“que se cumpla, en general, con la ley de accesibilidad universal”. “Sigue habiendo muchas barreras para personas con movilidad reducida y otras discapacidades”, añaden. València dista todavía mucho de ser perfecta.
Carlos Aimeur
Artículo publicado en Valencia Plaza