Las graves consecuencias de una deuda creciente
Junto a la última Gran Recesión (2007-2008), la COVID-19, la guerra de Ucrania, el cambio climático, el genocidio palestino y la financiarización, el otro grave problema inflacionario es el crecimiento disparado de la deuda pública y privada..
Cómo se ha disparado la deuda pública y privada
Desde la década de 1980 y paralelamente a la financiarización y la globalización, ha crecido aceleradamente en todo el mundo.
A comienzos de la década de 1970, la deuda global representaba el 100% del PIB mundial. En 2020, a causa de la pandemia se produjo el mayor incremento de deuda desde la Segunda Guerra Mundial. A finales de 2021, era ya 3,5 veces mayor: en solo un año había aumentado casi lo mismo que en los once años anteriores.
Historia de un endeudamiento que no se puede pagar
La deuda no ha crecido debido a la COVID-19: lleva varias décadas subiendo…
Según el Banco Internacional de Pagos (BIP), la deuda del sector no financiero se triplicó en 20 años: de 2000 a 2020.
En el caso de la deuda pública, el Banco Mundial (BM) ha contabilizado 519 episodios de acumulación rápida de deuda en cien países desde 1970 y cuatro grandes olas de deuda desde 1970. El origen de la última está en 2010, aunque había empezado a acelerarse en 2007.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), en dos años aumentó 20 puntos porcentuales sobre el valor del producto mundial.
En resumen, el endeudamiento se ha vuelto congénito y habitual, debido al modo en que se ha desarrollado la economía mundial en las últimas décadas.
Políticas gubernamentales y legales que han acelerado la inflación
Desde 1970, se impusieron políticas deflacionistas consistentes en fuertes subidas de los tipos de interés y recortes salariales.
Lo primero encareció la factura de hogares, empresas y Gobiernos, que tuvieron que endeudarse aún más para hacerle frente. Lo segundo frenó la demanda de consumo y las ventas de las empresas, lo que obligó a recurrir al crédito mucho más.
Además de lo anterior y ante el creciente endeudamiento, se emitieron leyes que prohibían a los bancos centrales financiar a sus respectivos Gobiernos. La consecuencia fue que los Gobiernos tuvieron que recurrir a financiar la deuda pública a tipos de interés de mercado, que eran mucho más elevados; con lo cual ha aumentado enormemente dicha deuda.
En la Unión Europea (UE), la deuda aumentó en casi 7 billones de euros desde 2000 hasta la pandemia. Pedían dinero a los bancos —que lo han creado de la nada y sin costes— y, gracias a ello, se han enriquecido todavía más.
Otras medidas legales que aún aumentaron más la deuda pública fue la reducción constante de la presión fiscal por parte de los Estados a
quienes más tienen en ingresos, beneficios y patrimonios. Además, se han multiplicado los paraísos fiscales. Todo ello aún ha aumentado más los déficits públicos y, por tanto, impedido pagar la deuda…
Al final, nos encontramos ante un pez que se muerde la cola: al ser las crisis financieras cada vez más recurrentes, se hace cada vez más necesario recurrir a la financiación o dedicar cantidades enormes de gasto público a rescatar bancos y grandes empresas.
Generar deuda: el negocio más rentable de los bancos
Porque crean dinero de la nada, sin costes previos y sin límite. Por eso utilizan su enorme influencia y poder financiero y político: para impulsar las políticas y los comportamientos que obligan a endeudarse continuamente.
De hecho, al convertir la deuda en motor de la actividad económica se está potenciando su aumento constante.
¿De qué forma actúa sobre ella el ámbito financiero? Realizando operaciones especulativas muy rentables. ¿Y en el de la economía real? Abandonando las inversiones cuando disminuye la rentabilidad y los ingresos son cada vez más limitados.
La especulación financiera resulta muy rentable si se multiplica la deuda sin cesar y se convierte en recurso imprescindible para mantener negocios productivos cada vez menos rentables.
Efectos del aumento de la deuda
Son cada vez más frecuentes y rápidos y su crecimiento exponencial tiene efectos catastróficos para la economía.
Obliga a recurrir a nuevos endeudamientos, lo cual absorbe recursos que deberían destinarse a la actividad productiva que satisface las necesidades humanas.
De hecho, la aparición de empresas «zombi» —llamadas así porque sus beneficios se destinan a pagar los intereses de la deuda— ha aumentado considerablemente. El BIP ya habla de «zombificación corporativa» como un fenómeno consolidado.
Para hacer frente a la deuda pública, el FMI ha anunciado que cien países deberían reducir sus gastos en salud, educación y protección social.
La deuda se ha convertido en una falla estructural del sistema económico y su crecimiento exponencial es insostenible.
De 1997 a 2007, el PIB mundial creció un 28,1% y la deuda un 131%. De 2007 a 2020, el PIB mundial había aumentado un 14,4% y la deuda un 144%.
En las últimas décadas, el crecimiento de la economía ha dependido del crecimiento de la deuda y, como nada puede crecer de forma indefinida, la explosión de la deuda es inevitable si no se detiene.
Razones por las que es muy peligroso que siga creciendo la deuda
La primera, que no se distribuye homogéneamente entre todos los sujetos económicos. Así, lo que es soportable para un sector, puede ser letal para otros: empresas, hogares y Gobiernos.
La segunda, porque el crecimiento continuado del PIB para sostener la deuda ni es posible permanentemente ni deseable, ya que favorece el cambio climático que amenaza la vida en el planeta.
La tercera, porque no es lo mismo que la deuda esté en manos de nacionales que de entidades extranjeras.
El crecimiento de la deuda ha provocado las crisis económicas más graves de las últimas décadas
Antes de cada crisis, siempre ha habido una aceleración del endeudamiento.
El gran peligro del crecimiento de la deuda es su explosión inminente, lo que paralizaría a todos los sujetos económicos, que entrarían en una rueda de inestabilidad y crisis recurrentes.
La paradoja es que el aumento de la deuda es un negocio muy rentable para la banca, por eso sigue imponiendo sus intereses en la política económica. Valiéndose de su inmenso poder, cuando se produce cualquier tipo de crisis, incluida la de deuda, obligan a aumentar en lugar de cortar el problema de raíz.
Los Gobiernos de los distintos Estados responden entonces imponiendo políticas de austeridad para aliviar la deuda pública y recortes salariales para frenar la deuda privada. El resultado es un aumento mayor de la deuda.
Lo que nos depara el futuro
Si continúa la misma política de actuación, se producirá una crisis de deuda global muy difícil de prever. Continuar respondiendo a la inflación con subidas de tipos de interés teniendo una deuda pública y privada tan elevadas es una auténtica bomba atómica.
Pepa Úbeda
abril 2nd, 2024 at 10:45 pm
La deuda de los paises y la española, comienza a partir de la «privatizacion» de los objetivos estrategicos básicos, la Sanidad, La Educacion, los combustibles, la informacion y los distintos elementos de produccion industrial.