Las pobres
Mientras contemplo alucinado el aparatoso fin del truculento drama del relator y preparo mi espíritu para absorber los efluvios, efectos y comentarios (que habrá que ver cómo me van a poner la cabeza) de la superfiesta de la “banderita tú eres roja, banderita tú eres gualda”, que ya veo yo que son los colores de la senyera, miro la fecha y caigo en la cuenta de que falta menos de un mes para el día de la mujer, antes de la mujer trabajadora, que espero que este año tenga, al menos, el mismo éxito que el año pasado.
Espero, y creo firmemente que así será, que se vayan cumpliendo todas y cada una de las reivindicaciones de las mujeres en todos los terrenos y especialmente en el de la igualdad. Por eso espero que su presencia siga aumentando en los puestos de responsabilidad, si bien, por mi vieja desconfianza (herencia que no sé si es ácrata o jacobina) no confío mucho en que la ocupación por las mujeres de lugares de poder en una estructura capitalista y machista termine por favorecer a las mujeres en general pero puede que esté en esto tan equivocado como me ha ocurrido montañas de veces a lo largo de mi vida.
Pero aún así, me parece que el problema fundamental de las mujeres hoy en día es el de la pobreza. En España la pobreza se ceba especialmente en mujeres de 22 a 35 años, sin pareja y con hijos. Y me llama poderosamente la atención que no se reivindique de forma especialísima la desaparición de su triste situación, cuando, además, una política laboral adecuada, como por ejemplo, una bonificación especial de la cuota patronal a la Seguridad social, junto con una adecuada política de guarderías y de una cierta prolongación de la estancia de los niños mayores en sus colegios, podría acabar en breve tiempo con tamaña injusticia. Y, puestas a pensar, estoy seguro que ellas podrían encontrar soluciones mejores.
En fin, en realidad lo que pretendo no es enmendar la plana a nadie, solo quiero llamar la atención sobre la pobreza femenina, que no solo es de las que he hablado, porque habría que ver también la situación de las pensionistas que son las que cobran las pensiones más bajas.
Juan García Caselles