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Las recetas de los pensadores para 10 debates de hoy

Quizá piense que la filosofía es cosa del pasado o de eruditos, pero no es así. Y cada vez son más quienes la descubren de forma casual o llevados por el currículo escolar y quedan hechizados por ella, sobre todo muchos jóvenes adolescentes. Porque, como explica Joan Méndez, profesor de Filosofía del colegio San Juan Bosco de Barcelona y miembro de la Asociación de Filosofía Práctica de Catalunya, la lectura atenta de las aportaciones de los grandes pensadores, tanto clásicos como contemporáneos, ayuda a vivir mejor “porque mejora nuestra comprensión sobre el mundo que nos envuelve, sobre los problemas que se nos plantean y sobre nosotros mismos”.

Su colega del instituto Carles Rahola de Girona, Xavier Serra, asegura que “la filosofía es esencial para entender el mundo en que se vive sin caer en los fanatismos, en ser víctimas de la manipulación o en perder el contacto con el mundo real”, y eso la convierte “en una de las mejores terapias para superar las angustias contemporáneas”.

Y para que cada cual constate por sí mismo sus efectos, MéndezSerra e Ignasi Llobera (profesor de Filosofía de la escuela SEKCatalunya) apuntan en este reportaje lecturas y pensadores “de utilidad” para algunos de los problemas que más preocupan en la actualidad.

La corrupción

La República, la obra más influyente de Platón, muestra cómo 380 años antes de Cristo ya se veía la necesidad de hacer exámenes de honestidad a los futuros gobernantes y militares para garantizar la selección de los mejores también desde el punto de vista moral. Enrique Bonete y su obra Poder político: límites y corrupción permiten examinar la ética del poder en los distintos periodos históricos. Y en el ensayo Hacia una filosofía política crítica, Enrique Dussel analiza cómo se ha instaurado un espacio político sin principios, sin límites de racionalidad ni de solidaridad y la necesidad de recuperar la política en el sentido noble y serio del término.

Los nacionalismos

Allen Buchanan es uno de los teóricos con más reconocimiento internacional sobre los procesos de secesión y su libro de referencia, Secesión. Causas y consecuencias del divorcio político, aborda los límites del derecho de secesión. George Orwell y sus Notas sobre el nacionalismo pueden ayudar a diferenciar entre nacionalismo y patriotismo. Y en Los límites del patriotismo, Martha Nussbaum contrapone los conceptos “cosmopolitismo” y “patriotismo”.

La violencia de género

Judith Butler es una de las filósofas más influyentes en los estudios de género, y en El grito de Antígona plantea propuestas sobre la constitución de la identidad en sentido amplio y las relaciones de parentesco. Es una obra con un nivel de argumentación teórica elevado, donde Butler establece una especie de discusión con Hegel y Lacan sobre la lectura que ambos efectuaron sobre la tragedia de Sófocles. Por otra parte, Liliana Hendel desvela las falacias que se usan para sostener el sistema patriarcal en Violencias de género: las mentiras del patriarcado.

La hiperinformación

Byung-Chul Han, destacado diseccionador de la sociedad actual, argumenta que vivimos una fase debilitada de comunicación porque esta ha degenerado en mero intercambio de información, las relaciones se ven reemplazadas por las conexiones y sólo se conecta con los iguales. Aborda la influencia de Facebook en las elecciones, el poder del big data en China… Por su parte, Hannah Arendt –filósofa que denunció los totalitarismos del siglo XX– explica en Verdad y mentira en la política cómo la vitalidad de la democracia pasa por la denuncia de la intoxicación. También se puede encontrar aportaciones a este debate en el análisis de la sociedad contemporánea a través del concepto de la hiperrealidad que realiza Jean Baudrillard en Simulacro y simulación.

La inmigración

Son diversos los pensadores que a lo largo de la historia han analizado la relación con “el diferente”. Y más recientemente muchos han evaluado la ética de la política frente a los refugiados. En Extraños llamando a la puerta, Zygmunt Bauman denuncia la instrumentalización política del tema de los refugiados y la construcción de muros para separarnos de los otros, de los diferentes. Y Marina Garcés, en Un mundo en común, propugna un compromiso cívico y transformador que permita aflorar la riqueza del mundo que todos los seres humanos comparten.

La preocupación por el planeta y los animales

Arne Naess, el filósofo noruego más conocido del siglo XX, creó el concepto “ecología profunda”, que sitúa al ser humano como parte de su entorno, defiende que todos los seres vivos tienen el mismo valor y concede máxima prioridad a la protección del planeta, el medio ambiente y las especies en peligro de extinción. Y Peter Singer –considerado el tercer pensador más influyente según el ranking Global Thought Leader del Gottlieb Duttweiler Institute del 2013– defiende la necesidad moral de tener en cuenta los intereses de los animales no humanos porque ellos también sufren y plantea como solución práctica ser vegetariano. Su libro Liberación animal es pionero en la defensa de la causa animalista.

En El triunfo de la compasión, Jesús Mosterín –cuyas reflexiones se sitúan a caballo de la filosofía y la ciencia– ofrece un estudio ecológico-racional de la relación de las personas con los otros animales. El alemán Hans Jonas, por su parte, argumenta que la naturaleza no sólo tiene valor intrínseco, sino que constituye un bien en sí misma, y que el ser humano es fruto de esa naturaleza y le debe “fidelidad”, teniendo sobre ella una responsabilidad como la que se tiene con los hijos y con las generaciones futuras.

La pobreza

La lectura de La pobreza: un estudio filosófico de Paulette Dieterlen ayuda a examinar las consecuencias de la pobreza más allá de lo material y los criterios de distribución de la riqueza. Y en Aporofobia, el rechazo al pobre, Adela Cortina reflexiona sobre este problema y propone una educación que permita superar la predisposición a esta fobia.

Sobre las soluciones a la pobreza también ha reflexionado en diversos ensayos Peter Singer. En Hambruna, afluencia y moralidad defiende la obligación moral de donar para ayudar a los pobres de todo el mundo y prevenir muertes evitables, posicionamiento que desarrolla en artículos posteriores como La solución Singer a la pobreza mundial y Salvar una vida y que ha llevado a la práctica con un proyecto personal destinado a donar aproximadamente un tercio de sus ingresos familiares a ­organizaciones de ayuda inter­nacional.

La tecnología

El principio de responsabilidad de Hans Jonas es una evaluación crítica de la ciencia moderna y de la tecnología en la que el filósofo argumenta la necesidad de que el ser humano actúe con cautela y humildad frente al enorme poder transformador de la tecnociencia. Antonio Diéguez, en Transhumanismo, facilita argumentos a favor y en contra de alterar el ser humano para potenciar sus capacidades. Y en Transhumanismo y fascinación por las nuevas tecnologías, Tanguy Marie Pouliquen plantea 115 preguntas para reflexionar sobre hasta qué punto las personas somos dominadas por el poder seductor de la tecnología. Por otra parte, el test formulado en 1947 por Alan Turing en ¿Puede pensar una máquina? sigue siendo un recurso útil para ver hasta dónde ha avanzado la inteligencia artificial.

El placer

Identificar felicidad con placer y rehuir la frustración y el sufrimiento no son atributos exclusivos de la sociedad actual. En el siglo IV antes de Cristo, Epicuro fundó el epicureísmo, una corriente filosófica según la cual la clave de una vida feliz es conseguir acumular la mayor cantidad de placer mientras se reduce al máximo el dolor. Ahora bien, de la lectura de su Carta a Meneceo también queda claro que no todos los placeres se deben aceptar y que, según Epicuro, es una existencia moderada y basada en el autocontrol la que maximiza el placer y evita, en lo posible, el ­dolor.

También la corriente del utilitarismo de Jeremy Bentham y John Stuart Mill, entre otros, plantea que el fin de la vida es el placer o interés personal, si bien añade al epicureísmo el valor de la dimensión altruista, que la felicidad personal redunda en la felicidad de los otros y las de estos en uno ­mismo.

Desde un enfoque diferente, Byung-Chul Han reflexiona –en La agonía del Eros–, sobre como hoy no hay un pensamiento adverso al placer que amenace la sexualidad, pero en cambio esta se ve amenazada por la pornografía y por el utilitarismo. Para Han, el porno es la expresión exacta del narcisismo típico de la sociedad actual, de una “sociedad del rendimiento”, y el narcisista no puede encontrar nada fuera que sea distinto de él mismo, y por lo tanto no hay nada que pueda amar, y eso está matando el eros, la relación con el otro. Y esa falta de relación con el otro es también, según Han, la principal causa de la depresión que afecta a tantas personas y que las aleja del placer.

Libertad

Tampoco el debate en torno al binomio libertad y responsabilidad es una porfía nueva. Baruch Spinoza, Immanuel Kant, Jean-Paul Sartre, John Stuart Mill, Fiedrich Nietzsche, Max Weber o Hans Jonas son algunos de los muchos pensadores que han abordado estos conceptos y sus limitaciones desde muy diversos puntos vista.

En Sobre la libertad, John Stuart Mill ya plantea cómo saber hasta qué punto uno es libre de hacer lo que crea. Parte de la histórica lucha entre la autoridad y la libertad para argumentar el derecho del individuo a disentir de la colectividad y denunciar la tiranía de las mayorías.

En El existencialismo es un humanismo, Jean-Paul Sartre razona que, dado que las personas están condenadas a la libertad, inevitablemente han de afrontar, sin excusas, que son responsables de sus elecciones.

En su ensayo Ética para Amador, Fernando Savater deja claro, en un lenguaje directo y coloquial dirigido a los adolescentes, que no es lo mismo libertad que permisividad porque “no todo da igual”, y argumenta que la responsabilidad es el reverso de la medalla de la libertad, que una sin otra no pueden existir porque la responsabilidad es la que confirma que el hombre es libre. “Mi haz lo que quieras no es más que una forma de decirte que te tomes en serio el problema de tu libertad, lo de que nadie puede dispensarte de la responsabilidad creadora de escoger tu camino”, aduce Savater.

Mayte Rius
Artículo publicado en La Vanguardia

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