Los centros de mayores de València se rebelan contra la concejalía de Vox
Los 51 presidentes de estos espacios municipales afean la gestión de Gosálbez, quien asegura que hay más inscripciones que nunca
Los mayores critican los recortes en cursos y piden más apoyo de personal y menos trámites online
Los centros de mayores de València están muy molestos con la gestión que está haciendo de este recurso municipal la concejalía de Vox, comandada por el edil José Gosálbez. Los presidentes de algunos de los 51 centros operativos en la ciudad remitieron hace un mes una carta al ayuntamiento explicando el motivo de su descontento, pero no recibieron respuesta. El silencio unió a los presidentes e incrementó el malestar, de modo que ahora han consensuado un escrito que –a priori– firmarán los 51 presidentes y en los próximos días presentarán por registro de entrada a la atención de María José Catalá, alcaldesa de València. Se saltarán de este modo al titular del área como señal de pérdida total de confianza.
La carta es extensa pero contiene algunas ideas principales. Las directivas de los centros –gestionados por voluntarios mayores– denuncian el recorte generalizado en actividades y talleres importantes, con temáticas como la memoria o la nutrición. Además, piden recuperar el personal de apoyo que el ayuntamiento contrataba a través de planes de empleo financiado por fondos europeos, personal que enviaba a los distintos barrios para que echaran una mano en múltiples labores, desde las puramente administrativas, como la inscripción a un curso, hasta los preparativos de una fiesta. «Sin esa ayuda resulta imposible la conciliación. Eran esenciales para la coordinación de los centros», explican cuatro presidentes consultados por Levante-EMV.
También se quejan los presidentes de la imposición de los trámites telemáticos para personas que superan los 65 años y, en muchos casos, se manejan regular con el ordenador. «Antes el ayuntamiento nos traía unas fichas de inscripción y pedíamos las actividades en ese papel. Ahora el concejal ha eliminado eso y obliga a las personas mayores a inscribirse a las distintas actividades de manera online. Obligan a una persona de 90 años a manejarse con el correo electrónico. Tuvimos una reunión del consejo consultivo con el concejal para intentar revertir esto y nos dijo que no, que hay que hacerlo así. Es un maltrato hacia los mayores; ahí empezó el malestar», cuenta José Antonio ‘Tato’ Martínez, portavoz del consejo consultivo. «No nos gusta, pero nos hemos obligado a hacer muchas inscripciones online para que no quiten más cursos», añade la presidenta de Marxalenes.
Dimite la directiva de San Isidro
La lista de agravios sigue y recoge el abandono de los centros, la escasez de espacio, la nula interlocución con los responsables del servicio, o algo que llevarán los socialistas a la comisión de Bienestar del martes: el principal órgano de participación democrática –el Consejo Municipal de Personas Mayores– debería reunirse cada seis meses y no se convoca desde el 6 marzo de 2023. Tal es el desamparo que algún centro ha tomado la medida más drástica posible. La directiva de San Isidro dimitió ayer como medida de protesta y presión contra el actual equipo de gobierno. Son los primeros en entregar las llaves, pero aseguran que detrás vendrán más.
Preguntados por este malestar, en la concejalía señalan que la interlocución de la concejalía con los presidentes y las juntas directivas es permanente y se les atiende siempre, a lo que se suman las visitas regulares que el concejal y su equipo hacen a los centros». Además, explican que «la inscripción online ha sido un éxito y lo demuestra que el curso 24/25 ha recibido el mayor número de inscripciones desde 2019». Sobre las formaciones, afirman que «se trabaja en la elaboración de convenios para cursos de informática y brecha digital y se implementarán talleres de memoria que llegarán a 27 centros».
Claudio Moreno
Publicado en Levante.emv