Los tertulianos estajanovistas
A pesar de que gran parte de mi vida laboral la he dedicado a vender diversos productos, y que por tanto me he ganado la vida hablando, no puedo entender el rendimiento de los tertulianos de tv y radio. Estos individuos en la URRS ya habrían recibido sus correspondientes premios estajanovistas. Como Alekséi Stajánov, que fue un obrero de la minería del carbón en Donetsk (entonces Unión Soviética) que alcanzó cuotas importantes en la extracción de ese mineral en tiempo record. Su ejemplo cundió estableciéndose mayores records por otros obreros soviéticos. Y esta actitud hiperproductiva se extendió a otras ramas de la industria, generándose el movimiento estajanovista. Después vinieron los premios a los más productivos en la menor duración, y la generalización del termino estajanovista a todo aquel productor que trabaja por encima del rendimiento aceptable de la mayoría.
Pero quisiera referirme a unos señores y a unas señoras muy bien vestidos, algunos elegantes, que aparecen en las tertulias de varias cadenas televisivas, y en las diferentes emisoras de radio. A veces están a las 8’30 de la mañana, a medio día, por las tardes y finalmente por las noches. Me he encontrado con sujetos que cerraron la tertulia a la 12’30 de la madrugada y volvían a estar a las 8,30, tan frescos, en las tertulias mañaneras de otra cadena. Es impresionante. ¡Qué capacidad de vivir de la lengua! Hay que reconocer su mérito, aunque beban agua mineral o algún zumo. Respecto al cerebro —que unos lo tienen mejor desarrollado que otros—, la reiteración de la faena (¡esa alienación laboral!) les va reduciendo la frescura, la imaginación y la innovación, algo que se solucionaría con un poco de sabiduría y tiempo de reflexión —si lo tuvieran. Pero como no tienen tiempo, porque deben acudir aquí y allá, echan mano de esa habilidad que da un oficio reiterado. Repiten conceptos, copian dichos publicados por otros, son generadores de frases hechas, y también verdaderos difusores de latiguillos de moda: “como no podía ser de otra manera”. Forman una corporación solicitada por los medios que se repite como el ajoaceite. Cuando los veo en la tele exclamo: ¿Otra vez estos tíos aquí? ¿Pero no descansan? Ahora que estamos en verano espero una tregua beneficiosa para todos.
Juanjo de la Asunción
Artículo publicado en ElMundo