Manuela y los estultos
Ignoro si los que han abucheado a Manuela Carmena, los que la han llamado a gritos, miserable, saben que en el año 2000, el que fuera ministro de interior de entonces, Jaime Mayor Oreja la llamó para comunicarle que tenían informes detallados de la preparación de un atentado de ETA contra su persona. Eso hizo que por primera vez y por poco tiempo, aceptara coche oficial, ella que siempre se negó a ello.
Ignoro si esos cabestros que no la dejaban hablar, quebrantando el silencio debido al que homenajeaban, saben que en 1999, la fiscal Carmen Tagle, caía bajo las balas de ETA, como el fiscal José Francisco Querol Lombardero, en el año 2000. En 1999, caía el Juez del Consejo del Poder Judicial.
Malos tiempos, como ven, para los que integraban la justicia, como ella, pero ahí siguieron.
También ignorarán los burricios, que fue Manuela Carmena quien se empeñó en acabar con las odiosas “astillas” que eran cobros que se hacían en los juzgados por agilizar los procedimientos, práctica común corrupta, que ella y algún compañero, erradicaron. Ellos , los mentecatos que gritaban, pero callaron cuando el PP utilizó la Fundación creada a nombre de Miguel Ángel Blanco, para ensuciarla en manejos de la Gurtel.
No sé si sabrán, los tarados, porque los imagino poco leídos, que sobrevivió de milagro al atentado de Atocha, bufete al que pertenecía en los años en que ser abogada laboralista era jugarse la vida, la libertad y la salud. Perdió amigos y compañeros en aquella masacre. Merecían homenaje y bandera tanto como Miguel Angel, porque los abogados, fueron asesinados por fascistas bárbaros similares a los que le mataron a él. Ella los lloró y siguió su camino, trabajando por la democracia, por los derechos de todos. Hasta los de ellos, los necios, de los gritos.
Esos bárbaros, que en su derecho a la libertad de expresión que doña Manuela ha defendido con ansia, la han insultado, hasta el punto de intentar callar sus palabras, cosa que no han conseguido porque el sosiego, la paz, y su espíritu democrático se impone a la barbarie.
Insultar a un víctima de ETA y del franquismo, llamándola cómplice de terrorista es tan bajo, tan absurdamente ruin, que define a los que lo hacen.
Queden las palabras de Manuela en el corazón de muchos que la admiramos. Borremos el vil recuerdo de ver a mentecatos insultar la memoria de los que perdieron la vida por la libertad, se llamen Miguel Angel Blanco, José María Ryan, Joseba Pagazaurtundua, Ignacio Uría, Antonio Puelles, Carlos Alonso Palate, como Javier Sauquillo, Luis Javier Benavides…entre tantos. Los que no nombro, no es porque no duelan (pueden insultar, como hicieron con ella por la omisión) es que no caben, porque españoles caínes que han sembrado odio, han sobrado en nuestra historia. Gente grande como Manuela han sido menos, para nuestra desgracia.
Maria Toca
Artículo publicado en LaPajarera