El multitudinario adiós a Tierno Galván
El 19 de enero de 1986, el cáncer de colon se llevó a Enrique Tierno Galván, alcalde de Madrid durante casi siete años, conocido por su carisma, su cercanía y su implicación con la ciudad.
Muchos coincidirán en que el lema de la movida madrileña fue acuñado por Enrique Tierno Galván durante las 24 Horas de Música y Radio que se celebraron en el Palacio de los Deportes de la capital: «¡Rockeros: el que no esté colocado, que se coloque… y al loro!».
Esta es solo una de las ‘perlas’ que el Viejo Profesor dejó caer durante su vida como alcalde de la capital. Querido y respetado por todos, Tierno Galván se hizo un hueco en el corazón de todos los madrileños, jóvenes y ancianos, con su peculiar forma de gobernar y su dedicación a la ciudad de Madrid.
Su andadura en el Gobierno municipal comenzó tras una coalición con el PCE en las primeras elecciones democráticas que le llevaron a ser alcalde en 1979. Su llegada supuso numerosos cambios en la ciudad como la retirada del denominado ‘scalextric’ de Atocha para reducir los atascos en la glorieta de Carlos V, la Operación de Regulación de Aparcamiento (ORA) en la almendra central, la inclusión del billete de metro y el de autobús en uno solo o el Plan de Saneamiento Integral del Manzanares; medidas que dejaron una importante huella.
Madrid entero se despide de Tierno
El cáncer de colon hizo mella en el Viejo Profesor y el 19 de enero de 1986, Enrique Tierno Galván fallecía a la edad de 67 años tras llevar varios días ingresado en la Clínica Ruber. Su entierro, celebrado dos días después, fue el más multitudinario que se recuerda en Madrid. El ataúd, depositado en una carroza, recorrió la ciudad desde la Casa de la Villa hasta llegar al cementerio del Este, escoltado por más de un millón de personas que dieron el último adiós a, posiblemente, el alcalde más querido de Madrid.
Alba Cabañero
Artículo publicado en Madridiario