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Ni en la Malva ni en València, fuera fascistas de nuestros barrios

Pintada fascista en la fachada de un instituto valenciano. / L-EMV

Las últimas semanas, varios grupos de ultraderecha ajenos al barrio han hecho su aparición en la Malva-rosa con discursos racistas, para atacar a menores de edad venidos de otros países y acogidos en el antiguo Hospital València al Mar.

Denunciamos este ataque fascista a niños y niñas que están en nuestra tierra sin sus familias. Denunciamos, como ya lo han hecho los trabajadores y trabajadoras del centro, el acoso y las mentiras de la ultraderecha ajenas al barrio y que tratan de promover la tensión social.

Es más, afirmamos que la asistencia a jóvenes y menores en situación de desamparo, vengan de donde vengan, no sólo es una obligación humanitaria y legal, sino que corresponde con los valores de solidaridad que caracterizan a nuestros barrios obreros. Tanto ahora acogiendo a menores, como hace unos meses en el mismo lugar se acogió a refugiados de la guerra de Ucrania.

Respecto a la actualidad, con la llegada las últimas décadas de nuevos vecinos y vecinas provenientes de otros países, y la convivencia con un núcleo de población del pueblo gitano siempre presente, en la Malva al vecindario nos une una mezcla de raíz obrera y popular como la de muchos barrios de la periferia de València.

En resumen, si la ultraderecha quiere meterse con los inmigrantes, va a tener que vérselas con toda la población del barrio de la Malva-rosa porque aquí somos todos inmigrantes.

No vamos a olvidar a que la Malva-rosa lleva luchando por un barrio digno desde hace décadas y por ello la asociación vecinal ha convocado numerosas protestas y concentraciones, especialmente en las cuatro esquinas y por un plan para Casitas Rosas. Lo que necesitamos son servicios públicos fuertes y de calidad, servicios sociales para todos, y todo ello con la participación del vecindario en diálogo por parte de la Administración. No permitimos que la situación de degradación que padece nuestro barrio, y la falta de suficiente intervención por parte de las Administraciones, sea aprovechado por intereses partidistas y racistas de la ultraderecha. No queremos un barrio abandonado ni permitiremos que lo aprovechen discursos racistas totalitarios, lo que queremos es un barrio digno y por eso viene luchando la Malva-rosa desde hace décadas.

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