No olviden retrasar sus relojes al siglo XX
No voy a regodearme en algo que tiene poca gracia: el intento de suicidio del PSOE, asistido por los falsos amigos. Supongo que a unos y otros les espera una travesía en el desierto.
Escribo intento porque la vida da muchas vueltas y algunos que se anunciaban muertos encuentran un segundo aire.
Unos amigos argentinos violinistas están conmocionados por lo ocurrido. Hace unos días, ella me dijo en la calle: “Lo único bueno de la caída de Pedro Sánchez es que nos ha servido para ver la cara de las cucarachas”.
Igual que no se puede dar por muerto al PSOE tampoco deberíamos enterrar a Sánchez. No sé si podrá recuperar la dirección en un Congreso, cuando se celebre, que esa es otra. El plan ha cumplido dos etapas: cargarse a Sánchez e investir a Rajoy en aras de una presunta responsabilidad.
Resulta extraño porque lo irresponsable es investir a un presidente de un partido trufado de juicios por saqueo de las cuentas públicas que ni siquiera se ha molestado en pedir perdón.
Es difícil ver corrupción en los demás si no vemos la nuestra.
La tercera parte del plan es celebrar un Congreso atado y bien atado con una candidata única: Susana Díaz, que prefiere las proclamaciones a las primarias. En este punto narrativo del drama del PSOE entraría Pedro Sánchez para forzar el voto. Los congresos dependen de los delegados; es decir, de una democracia muy indirecta. Sánchez busca la rebelión de los militantes (y de los votantes).
Votantes y militantes
Mariano Rajoy nos tiene calados. Es el que mejor entiende este país. Una de las claves es que solo trabaja para sus votantes. No se preocupa de los militantes porque mientras que el PP esté en el poder la mayoría tienen cargo o aspiran a tenerlo. Los votantes permiten ganar elecciones.
Es algo que debería tener más en cuenta Pablo Iglesias, que con más frecuencia de la necesaria, se dirige solo a sus militantes. Podemos ha cometido errores desde diciembre. Es un partido muy joven, cercado mediáticamente, que dispone de un tiempo, quizá toda la legislatura, para madurar, aprender a hacer política. Son muy buenos detectado la corriente. Es hora de llenar ese instinto de sustancia. Un camino sería pensar más en los votantes.
Son los votos los que van a permitir gobernar y ser radicales en la defensa de lo esencial: la democracia, la libertad, el Estado del bienestar y la decencia. Ese es el campo de batalla, no los mítines y los eslóganes, que también.
El PSOE lo tiene jodido: los que dieron el golpe de mano han insultado a los militantes y engañado a los votantes. Ellos no tienen futuro, el PSOE, ya se verá.
Feliz domingo. No olviden retrasar sus relojes al siglo XX.
Artículo publicado en el blog de Ramón Lobo.