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Nuestro sometimiento al poder

Cuando queremos convencer a alguien, imponemos una reflexión a favor de nuestros intereses o creencias e impedimos su respuesta crítica presentando un modelo como “inmejorable”.

La economía neoclásica y sus nefastas consecuencias

Es la ideología dominante actual. Nos impone la eficacia del mercado para regular la actividad económica, las causas del desempleo y la necesidad de restringir el arbitraje del Estado. Desgraciadamente, las decisiones políticas mayoritarias dependen de esa corriente.

En cuanto a las causas del desempleo, ha dictaminado que se debe a un mercado laboral muy rígido basado en una legislación favorable a los trabajadores y exige que se flexibilice para aumentar la eficacia de los mercados. Lo plantearon Matteo Renzi en Italia, Mariano Rajoy en España y Emmanuel Macron en Francia, y fueron aplaudidos por la Comisión Europea (CE). Hoy, en esos países, está creciendo con fuerza la extrema derecha.

Por lo que respecta a los mercados de capitales1, la CE promueve que se unan porque considera que el mercado es el único que puede encontrar soluciones.

Podemos, pues, deducir que los Gobiernos amparan la economía neoclásica. Sus ideólogos y políticos se oponen a toda crítica autoproclamándose “entidades serias” y acusando a los economistas heterodoxos de “utópicos” o “irracionales peligrosos”.

La ideología neoclásica protagoniza “Pedro y el lobo”

Y ha triunfado, no porque sea la más acertada, sino porque augura la peor pobreza conocida por la humanidad si no se mantiene.

Pero falta a la verdad, porque sabe que la ciencia económica es humana, no acumulativa2, y depende de la evolución histórica, que, a su vez, depende de las relaciones de poder. Por eso, unas veces ganan los Hitler, Reagan, Thatcher y Trump y otras, los Keynes i Roosevelt.

En economía, hay tantos discursos contradictorios y enfoques tan variados que no existe una única solución. Lo vemos en países que han aplicado políticas económicas diversas en épocas distintas. Así, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia aplicaron el keynesianismo3 de 1950 a 1980 aproximadamente. A partir de 1980, se impuso la ideología neoclásica, que implica reducción de impuestos (menos dinero para Sanidad, Educación, Bienestar social…), desregulación de los mercados financieros (provoca graves crisis económicas como la de 1929 y la de 2007-2008) y privatizaciones (vender a precios bajos bienes estatales a empresas privadas, multinacionales, oligopolios…, lo cual empobrece aún más a los ciudadanos).

La corriente neoclásica se ha impuesto  

Debido a circunstancias históricas. En Europa, el proletariado empezó a organizarse antes de la Primera Guerra Mundial. Después, aumentaron sus acciones. La Revolución Rusa se convirtió en un modelo para el proletariado internacional, lo que asustó a las clases altas. Decisiones como las tomadas por la Sociedad de Naciones i el crack de 1929 radicalizaron las posturas y también surgieron los movimientos de extrema derecha, favorecidos por los gobiernos burgueses para contener al proletariado. La situación derivó en la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias cambiaron las relaciones de poder: el keynesianismo fomentó una política más igualitaria. Sin embargo, la crisis del petróleo en los 1970 cambió de nuevo la relación de fuerzas y se impuso la economía neoclásica a partir de 1980. Si bien, desde 2008, se ha radicalizado al aumentar el poder de quienes la impusieron, que se recuperaron enseguida y se enriquecieron todavía más, mientras que empobreció a quienes la padecieron.

Las crisis suelen conducir a situaciones socioeconómicas y políticas opuestas; por eso, ninguna es definitiva o insuperable. No obstante, quienes detentan el poder económico hoy no están dispuestos a perderlo e intentan hacernos creer que la competencia mundial y el peso de la deuda pública son los problemas actuales más graves. En nuestra cabeza está no aceptarlo.

La falsedad de la clase dominante

Desvía nuestra atención de las cuestiones realmente preocupantes. La que más, el calentamiento global. Todos lo sabemos, como también sabemos que los responsables económicos y políticos mundiales tienen herramientas para solucionarlo. Pero no lo hacen porque implicaría cambiar el marco socioeconómico y político actuales.

Saben que es urgente y necesario hacer inversiones públicas importantes —con un aumento de impuestos a quienes más tienen y ganan— en los tramos económicos en que el sector privado no quiere invertir e imponer fuertes restricciones a los sectores energético e industrial, que se niegan a acatar las normas.

La respuesta de los neoclásicos al cambio climático ha sido ponerle precio al carbón, crear un impuesto verde y dar elevados subsidios a las energías renovables. Su grado de efectividad ha sido muy inferior al que se precisa para hacerle frente al colapso medioambiental.  Ciertamente, la única solución eficaz pasa por no superar los 2ºC, pero las propuestas permitidas por el poder real lo impiden. Las contradicciones entre lo que permiten quienes mandan realmente y quienes saben lo que es necesario hacer se han reflejado en el Acuerdo de París. Para los primeros, los combustibles fósiles y el transporte aéreo y marítimo son intocables y, a los Estados y las multinacionales no se les presiona porque crearían graves problemas a los enormes intereses financieros que hay detrás. En realidad, su objetivo es que el marco económico y político actuales no cambien nunca y obstaculizan cualquier solución que afecte a sus negocios.

¿Cuál debería ser la postura de la ciudadanía?

No dejarnos engañar, rehusar sus reglas del juego, no contentarnos con soluciones que no estén a la altura y actuar con firmeza. Pero es difícil conseguirlo… Sobre todo, porque hay gente muy conformista que no intenta desplazar las líneas de poder. Principalmente, los jóvenes con un elevado grado de estudios y formación. Al aceptar reglas de juego tan viciadas, se convierten en responsables solidarios de la situación.

Por otro lado, la desconexión entre hechos y acciones ha creado tal escepticismo frente al calentamiento global que nos urge salir de ese marco.

Quienes detentan el poder han desarrollado una hipocresía deliberada en muchos ámbitos que se ha resuelto en sonados descalabros. En el del desempleo, por ejemplo, optaron por una política económica pésima basada en la reducción de los déficits. Sin embargo, no han asumido su fracaso y han acusado a las leyes laborales de ser las únicas culpables. En cuanto a la política “austericida”, en la zona euro ha sido catastrófica y la población ha tardado más de 10 años en recuperarse de la crisis de 2007. Incluso hay países que todavía no lo han logrado.

La solución consiste en una armonización de las distintas fuerzas

Porque favorece una regulación económica al ampliar y respetar el marco de posibilidades, además de protegerlo para bien de todos.

Sin embargo, los poderosos no la aceptan porque quieren mantener el marco que los protege, por eso hay cuestiones y sistemas que excluyen o reducen: el proteccionismo estatal, la intervención del Estado y la inversión pública en el desarrollo de los países ricos.

Así pues, el sistema se puede regular de distintas formas, que dependen de las relaciones de poder: ¿en manos del pueblo o de los más ricos? Aceptando que, en lo que atañe a los humanos, nada hay establecido permanentemente, nos toca cambiar esas relaciones de poder si queremos sobrevivir.

1  Mercado financiero en el que se compran y venden deudas a largo plazo o valores respaldados por acciones. Canaliza la riqueza de los ahorradores hacia quienes pueden darle un uso productivo a largo plazo (empresas y gobiernos) (Wikipedia).

Es un ámbito económico muy negativo para las clases media y trabajadora, porque existe un elevado riesgo a la hora de invertir, ya que es un mercado con precios muy variables. La incertidumbre que provoca es elevada, ya que los mercados financieros son muy inestables.

Además, no existe garantía de obtener beneficios, pero sí la imposibilidad de devolución del capital y gastos y comisiones muy elevados.

2 Aprovecha y utiliza los conocimientos que se han logrado en todas las épocas y lugares, así que no necesita reinventar continuamente.

La economía no es acumulativa, porque el aporte de nuevos conocimientos de la teoría neoclásica no ha mejorado ni a la especie humana en particular ni al planeta en general. Es decir, no ha complementado a las precedentes, sino que se les ha impuesto.

3 El Estado tenía un papel importante como protector (estado de bienestar) y estratega (inversor para beneficio de la población en general).

Pepa Úbeda

 

  1. José Manuel sierra marti Says:

    Tota la rao

  2. Rosa Kochubey Says:

    Gracias, Pepa por este nuevo intento de concienciar a la gente en esta difícil lucha contra el crecimiento de riqueza en manos de pocos y el arrastre de los demás en un abismo ecológico. La esclavitud empieza por el silencio de las personas.

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