ONGs
La impactante película Mediterráneo, en la que se cuenta la creación en Barcelona de la ONG Open Arms, ha puesto un poco en el candelero el tema de las Organizaciones No Gubernamentales. Como sabemos, estas, en la mayoría de los casos, se dedican a realizar servicios, humanitarios, ecológicos, asistencias médicas, que los Gobiernos no atienden, o atienden insuficientemente.
En el Estado Español (por favor, no confundir Estado con Gobierno) existen multitud de estas con fines muy diversos y variados siendo, la mayoría de estas, voluntaristas complementos de servicios que los distintos gobiernos no ofrecen a sus ciudadanos, o a una parte concreta de estos.
Las ONGs se financian prácticamente de las aportaciones de sus socios, independientemente de que, además, en su mayoría, reciban algún tipo de subvención del Gobierno de turno. Muchas de ellas, la mayoría, atienden temas que deberían ser resueltos por los servicios públicos de un teórico Estado del Bienestar que, obvia y desgraciadamente, brilla por su ausencia.
Está claro que no hay dinero para todo, que hay muchos agujeros que tapar y muchas necesidades que cubrir. Pero no se deben confundir necesidades con necedades. Los distintos gobiernos de este curioso país, se encargan de proveer multimillonariamente, excesivamente “generosos”, con el dinero de todos, a una ONG de todos conocida llamada Iglesia Católica, cuya labor social puede calificarse de nefasta, debido a que su enorme influencia y acción principalmente se vuelca en decirle al Parlamento Español lo que debe legislarse o no, en realizar campañas para revertir leyes y avances sociales que nos hemos dado democráticamente después de lustros de luchas para erradicar la intolerancia y la injusticia social (¿hace falta ser gay, para entender que se les debe respetar? ¿Es necesario ser mujer para comprender su derecho a decidir sobre su cuerpo?)
Diversas encuestas, sospechosamente muy poco difundidas, nos dicen que muchos cristianos ya no son católicos y que, de estos, un alto porcentaje hace tiempo que ya no están de acuerdo con la doctrina política que los Obispos españoles mantienen en su pulso con los distintos gobiernos de este país, gobiernos, todos ellos, con sus defectos y posibles virtudes mucho más legítimos y democráticos que la Católica y vertical Jerarquía Eclesiástica que solo se mantiene gracias a una ‘omertá` a prueba de bombas, jueces y fiscales anticorrupción y, que ni el mismo Dios sabe cómo han podido llegar a los cargos que ostentan, ni cómo, en pleno siglo XXI, es posible una institución tan arcaica, vetusta y rancia. ¿Han visto la foto del Cardenal de Valencia titulada: Cañizares en plena erupción? No necesita comentarios.
No se equivoquen. Aquí no se trata de falta de respeto a una institución religiosa ajena, se trata del derecho a opinar sobre algo que estamos pagando con el dinero de todos.
Miguel Álvarez