Palabras ensuciadas
El pasado lunes, el colaborador de Ángeles Barceló en la SER, Bob Pop, dedicó su espacio a un tema más que interesante y de notable actualidad: el malicioso o malvado aprovechamiento del lenguaje por parte de la carcundia.
Bob, puso ejemplos muy actuales y conocidos de frases y palabras que, gracias a los numerosos medios que las reproducen y difunden, han perdido su significado inicial para convertirse en dardos envenenados del fascismo. Un ejemplo de ello es la palabra Libertad, que hoy, utilizada profusamente por estos, significa que: el gobierno puede hacer o decir lo que quiera, que yo haré lo que me dé la gana. Han conseguido que esta palabra no hable de la libertad de un pueblo frente a un enemigo cualquiera, habla de la libertad personal de hacer cada cual según le rote en cualquier caso, negando así, la realidad de que los seres humanos estamos obligados por imperiosa necesidad a vivir en sociedad con unas normas para todos y, que no hay libertad donde no haya justicia social. Claro que esta cosa la defienden aquellos que disponen de privilegios, dicho de otra manera: los que tienen la sartén cogida por el mango. Pero la palabrita les funciona muy bien a nivel electoral, que es en realidad de lo que se trata: siempre abran paletos que se tragarán, de buena o mala fe el discurso, y… les votarán, haciéndolos todavía más fuertes. ¿Qué se puede decir de los pobres que votan a los ricos? Prudentemente me callaré para no añadir palabras gruesas a su propia desgracia. A lo mejor un día se darán cuenta de lo que hacen y rectifiquen: el resto del pueblo español se lo agradecería.
Acabo de utilizar ¿peligrosamente? las palabras Pueblo y Español, dos de las palabras más manipuladas por esta gentuza. El Pueblo Español son ellos y los que piensan como ellos, los demás somos selenitas o algo peor. Esta gente está logrando apoderarse de la bandera de España hasta el punto de que a las personas decentes les produzca rechazo, han conseguido que el que la utilice en cualquiera de sus formas caiga bajo la sospecha de ser un fascista. Ellos son conscientes de esa victoria y están dando un paso más allá, ahora están empezando a sustituirla por la del aguilucho. Esto se ha visto muy claramente en el acoso a la sede del PSOE en Ferraz, donde cantando el Cara al sol y dando vivas a Franco acusaban a Pedro Sánchez de ¡¡Dictador!! No se pueden ver más incongruencias juntas realizadas en el nombre de ese sufrido Pueblo Español y en contra de esos 26 millones de españoles que, según ellos, habría que fusilar.
Y lo mismo ocurre con las palabras Virilidad que, según ellos, significa supremacía del hombre respecto del hombre a la mujer, o sea, machismo; o valores, que significa, para ellos, carcundia, mojigatería; Galantería, que, para ellos, significa acoso, atosigamiento, cacería. Gestión público-privada, que se traduce en que el Estado vaya haciendo y equipando hospitales y, después, me los de a mí para forrarme; También utilizan profusamente Adoctrinamiento, para alegar en contra de lo que hacen algunos maestros de escuela al enseñarles a sus alumnos a aprender a distinguir entre distintas opiniones y opciones; eso nada que ver con la labor que hacen miles y miles de curas en la enseñanza. ¡Claro! Ellos siempre han dado “doctrina”, cosa que nada tiene que ver con adoctrinar.
Y qué les diría sobre el uso de las palabras Terrorismo, Chavismo, Comunismo… Caso aparte y muy especial sería la palabra Paguita que, puesta en boca de Santiago Abascal, dan ganas de llorar de vergüenza ajena.
Y así, seguiría y seguiría…
Miguel Álvarez