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Películas

Cuando era joven, alguien me enseñó que el secreto de las artes marciales orientales (en aquel tiempo estaba de moda el jio-jitsu) consistía en saber aprovechar la velocidad y la fuerza del contrario. Desde entonces procuro tener en cuenta esta norma y aplicarla siempre que pueda en toda clase de problemas.

Viene esto a cuenta de una observación que vengo realizando desde hace tiempo. ¿No os habéis preguntado alguna vez cómo es que haciendo tanto tiempo que pasó la II Guerra Mundial se hable tanto de campos de exterminio nazis, y que nos programen tantas películas y documentales sobre ello? Cierto que la cosa fue horrible e inhumana, pero ¿es que acaso los judíos fueron las únicas víctimas de los nazis? ¿no es cierto que los primeros en caer fueron los rojos, gitanos y homosexuales de cualquier tipo, y que cuando los nazis empezaron con los judíos continuaron exterminando también a los pocos “rojos” que les quedaban. ¿Le preguntamos sobre ello a los refugiados republicanos españoles que estaban en Francia? ¿a ver qué nos cuentan?

Si nos dejamos llevar por esta larga campaña encubierta nos queda la impresión de que la dichosa guerra fue contra los judíos, algo absolutamente falso. La guerra fue algo ajeno al problema judío y este no tuvo nada que ver en ningún sentido. Es lamentable, criminal, muy penoso y terrible lo que les hicieron, pero también lo fue lo que la Inquisición les hizo, a ellos y no solo a ellos, y a nadie se le ocurre meternos entre pecho y espalda tantas películas, documentales y libros sobre la Inquisición.

Si continúo reflexionando sobre el tema llego, por asociación de ideas, al recuerdo de lo del jiu-jitsu, y así llego a la conclusión de que alguien tiene que estar detrás de este ya antiguo lagrimar continuo en el tiempo (habiendo tantos otros tan vivos en el presente) en el que han convertido el Holocausto. Alguien tiene que estar aprovechando la fuerza de aquel horror en su provecho, y, entonces entiendo que la explicación de este fenómeno de repente se hace evidente. ¿No lo adivinan? Pues es muy fácil, solo hay que hacerse una pregunta: ¿A quién puede interesarle hablar y hurgar a todas horas en algo que sucedió hace más de setenta años? Ahora sí que lo han adivinado ¿verdad? No hay duda: a quién más le interesa es a quién, o quienes, estén repitiendo eso mismo HOY. Y ahí hay varios candidatos, pero si sigues la pista y utilizas mínimamente bien la deducción lógica te lleva a los que más saben de artes marciales: los sionistas.

¿Por qué lo hacen? Obvio. Por dos motivos: el primero porque necesitan y buscan la simpatía del gran público occidental hacia su causa, (saben que el oriental lo tienen absolutamente perdido) y segundo, porque a través de los grandes medios, esa enorme campaña además tapa y desinforma acerca de lo que pasa en Oriente Medio, especialmente en Palestina donde están llevando a cabo un genocidio que procuran que no recuerde mucho los campos de exterminio nazis pero que sea capaz de conseguir los mismos efectos prácticos.

Obsérvese que no acuso en absoluto a los judíos, que al igual que cuando hablaba del Holocausto distinguía perfectamente a los nazis de los alemanes, igualmente distingo a los judíos de los sionistas. Desgraciadamente, entre la multitud de graves problemas que tiene la Humanidad, uno de los más relevantes es el estado de Israel, un estado creado, fundado y regido por los sionistas, la versión nazi de Israel, un estado incrustado con calzador en Palestina y que ha desestabilizado toda la región y que está haciendo con los palestinos lo mismo que los nazis hicieron con los judíos, que está exacerbando a los musulmanes llevándolos al jihadismo y a guerras santas prácticamente suicidas.

Piense en eso cuando le pongan un nuevo documental o película sobre campos de exterminio nazis.

Miguel Álvarez

 

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