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Personas sin hogar se refugian en el Centro Cívico del Cabanyal aún por inaugurar

Los vecinos denuncian el abandono del barrio con dotaciones en obras que se retrasan años y solares llenos de basura mientras los inversores privados hacen negocio con apartamentos turísticos y hoteles, agravando la crisis de la vivienda

El problema creciente del sinhogarismo y la falta de vivienda accesible en València alcanza a todos los barrios de la ciudad. Si hace solo unos días este diario alertaba de la existencia de un nuevo asentamiento en pleno centro de la capital, esta vez han sido los vecinos del Marítimo quienes han advertido sobre otra bolsa de pobreza aún incipiente. La Asociación de Vecinos del Cabanyal ha llamado la atención sobre la presencia de personas sin hogar que buscan refugio para dormir a las puertas del Centro Cívico del barrio, una de las nuevas dotaciones previstas en el Cabanyal dentro del plan de reconstrucción impulsado por el anterior gobierno progresista y financiada con fondos europeos (plan Edusi) y aún sin inaugurar. Esta dotación, de arquitectura singular que imita la forma de las antiguas barracas, situada en la calle San Pedro, en lo que fue la zona cero de los derribos del plan de la prolongación de Blasco Ibáñez, ha sufrido varios retrasos, unos por problemas con el contratistas y otros por modificados de obra.

De hecho, fuentes municipales confirman que todavía no se han terminado las obras. Aún así, varias personas se han puesto a cubierto en los escalones de la entrada, donde desde hace días guardan sus colchones, tiendas de campaña y enseres. Las obras del centro cívico, con un presupuesto de 2,2 millones de euros, se adjudicaron en mayo de 2020 con un plazo de ejecución de diez meses, que se ha visto superado con creces. Cuando estaban en fase de cimentación sufrieron ya un primer parón. En octubre de 2021, el ayuntamiento volvió a sacar a licitación el proyecto ante los incumplimientos del primer adjudicatario. No fue hasta 2024 cuando las obras empezaron a coger ritmo. Los vecinos alertaban que tantos meses de parón ponían en peligro por la lluvia y otras inclemencias del tiempo la cubierta a dos aguas de estructura de madera.

Enseres de las personas «sinhogar» a las puertas del centro cívico / AVC

La Asociación de Vecinos del Cabanyal asegura que el barrio parece haber «caído en el olvido de las preocupaciones de la gestión municipal». Como ejemplo citan los retrasos en equipamientos como el Museo del Mar, el Centro Cívico, la Escuela Infantil, Centro de Día de Mayores o la Escuela Taller que llevan años en obras. Citan además que en el barrio se mantiene con cientos de propiedades municipales abandonadas y sin que haya una previsión de su destino. Solares sin vallar que se convierten en improvisados criaderos de gatos y basureros.

La degradación del barrio, afirman los vecinos, aumenta como también los apartamentos turísticos y los hoteles. «Seguimos sin que el ayuntamiento presente el listado de apartamentos turísticos con licencia, incumpliendo el mandato del Síndic de Greuges», advierten. Las nuevas modalidades de alquiler que están surgiendo y promueve el ayuntamiento «no están para nada dirigidas a los vecinos de toda la vida», parecen más bien «orientadas a los extranjeros».

El distrito marítimo es el segundo que mayor concentración de asentamientos y vivienda precaria presenta. En el «cap i casal» hay un total de 37 asentamientos consolidados, los cuales suman una población de 815 personas. En cuanto al reparto geográfico, Quatre Carreres es con mucha diferencia el distrito más precarizado con un total de 16 asentamientos. Detrás de Quatre Carreres aparece Poblats Marítims con cinco asentamientos, Rascanya (4) y Poblats del Sud (3). En el listado sin embargo no aparecen puntos de sinhogarismo como el documentado estos días por Levante-EMV en pleno corazón de la ciudad.

C. Moreno
Publicado en Levante.emv

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