Radiografía del Mediterráneo
Una crisis humanitaria sin precedentes
Primero empezamos por lo más indignante: cada día, miles de migrantes intentan cruzar esta tierra de nadie, huyendo de las guerras, conflictos y miseria. Solamente en 2015, unos 300.000 migrantes llegaron a Grecia o Italia, empezando un largo y difícil camino para encontrar una casa, un trabajo o un simple permiso de residencia. Más de 4.715 personas no lo consiguieron, muriendo ahogados en las terribles aguas del Mediterráneo. Cerca de 4 millones de refugiados sirios están acogidos en campos de Líbano, Jordania, Turquía, Egipto o Irak, en condiciones precarias.
Turbulencias políticas en el Norte y el Sur
Políticamente, los países de la región nunca han estado tan divididos y lejanos unos de otros. En la ribera norte del Mediterráneo, los estados europeos viven en una inestabilidad institucional crónica, con elecciones repetidas en España, cambios de gobierno en Italia o auge sostenido de la extrema derecha en Francia y Grecia. En la ribera sur, se instala una autocracia militar en Egipto; jóvenes tunecinos, sin rumbo, están siendo captados por los movimientos terroristas; Libia se ha transformado en un estado fallido y Siria sufre una guerra civil con más de 470.000 muertos hasta la fecha. Incluso Turquía, hasta hace poco un modelo de estabilidad e integración regional, se está transformando en un estado autoritario y agresivo.
Riesgo de colapso medioambiental
A nivel medioambiental, la salud del mar Mediterráneo es extremadamente preocupante. Más del 90% de las poblaciones de peces están sobreexplotadas por culpa de una pesca industrial destructiva y un consumo irresponsable. El cambio climático agrava los periodos de sequía, disminuye la producción agrícola y acelera las pérdidas de especies endémicas. La contaminación atmosférica, debido al consumo de energía fósil, reduce la esperanza de vida, aumenta los gastos de salud e incrementa la dependencia económica. En este sentido, el reciente descubrimiento de campos de gas natural cerca de las costas de Israel es una mala noticia para la necesaria transición energética de la región hacia fuentes de energías renovables y abundantes.
Otro desarrollo es posible y necesario
En este marco de tormenta perfecta, otro escenario es posible y necesario. Como explicita el reciente Informe sobre la economía verde publicado por las ONG eco-union, Green Economy Coalition y MIO-ESCDE, los países del Mediterráneo tienen que abrazar un nuevo modelo de desarrollo con un compromiso inequívoco por una economía verde, inclusiva y sostenible. Al día de hoy, solamente tres países europeos (Francia, Italia, Portugal) y dos africanos (Marruecos y Túnez) tienen aprobada y publicada una estrategia de sostenibilidad detallada, ambiciosa y coherente.
Gestionar el bien común
En el reciente Blue Eco Forum, una conferencia sobre el mar Mediterráneo, decenas de expertos internacionales debatieron con 300 participantes sobre cómo gestionar mejor nuestros escasos y frágiles recursos naturales. Los cincos sectores de la economía azul (turismo, pesca, transporte marítimo, energías renovables y bio-prospección) deben potenciar un estilo de vida más responsable y una producción más ecológica para equilibrar nuestras necesidades vitales con el capital natural disponible.
Un proceso participativo, transparente y creativo
Para diseñar, validar e implementar este giro hacia la sostenibilidad, el diálogo entre todos los actores de la sociedad civil, desde el más local hasta el más institucional, es esencial. Un tal cambio de paradigma exige un compromiso inequívoco de los Estados, pero también de las ciudades, regiones, empresas, universidades y ONG; así como de los ciudadanos y ciudadanas. Este ejercicio de inteligencia colectiva, ya en marcha en algunas regiones y ciudades del Mediterráneo, hace emerger iniciativas innovadoras llevadas a cabo por y para la sociedad civil.
Hacia una economía verde, inclusiva y sostenible
La crisis humanitaria, política, social y ambiental que sufre el mar Mediterráneo nos exige una respuesta contundente, firme y de larga mirada. Apostar por un nuevo modelo económico sostenible que proteja a las personas y el medio ambiente es la única opción para evitar los dramas actuales y por venir. Solo así seremos capaces de volver a ver nuestro querido Mediterráneo como fuente de progreso y prosperidad para nuestra región y el resto del mundo.
Jérémie Fosse es presidente de la asociación eco-union y director del Global Eco Forum
Jérémie Fosse
Artículo publicado en Ethic