Sol Romeu, la importancia del movimiento vecinal
Las asociaciones de vecinos ni éramos tan rojas como nos insinuaban desde la anterior corporación, ni somos tan amarillas como algunos nos insinuan ahora. Reconocemos que gestionar es una labor difícil, pero necesaria y nuestra posición es la de mantener una critica constructiva que ayude a que entre los gestores y los gestionados consigamos entre todos mejorar nuestros barrios. El movimiento vecinal llevamos más de cuarenta años haciendo participación y a pesar de que en la Constitución Española de 1978 solo somos nombrados en una ocasión y sin ninguna relevancia, seguimos trabajando en la participación ciudadana siendo fieles a los artículos 23 y 105.b al derecho de la ciudadanía a la participación en los asuntos públicos.
Queda poco por inventar, atrás quedaron los inventos del fuego y la rueda, se trata de que los gestores pierdan el miedo a la participación real que ellos mismos pregonan otorgar y los gestionados sepamos aportar con sensatez las propuestas que consideremos necesarias, encontrar entre todos soluciones inteligentes sin romper el diálogo. La participación ciudadana no es cosa de teclados, es cosa de personas, esa es otra condición que se debería tener en cuenta por parte del Ayuntamiento y a los jóvenes dinamizadores culturales que nos aporta el Ayuntamiento y que tratan de enseñarnos una nueva participación, decirles que estamos dispuestos a enseñarles a ellos lo que entendemos desde el movimiento vecinal que debe ser el proceso de participación. La verdad como dijo el poeta Antonio Machado no la tiene nadie personalmente, pero juntos podemos encontrar el camino del diálogo constructivo y hacer posible seguir trabajando en todo aquello que nos une por el bien de la ciudad, nuestra mano estará siempre tendida al Ayuntamiento, sea del color que sea, pero el movimiento vecinal se merece todos los respetos, por lo que hizo y por lo que sigue haciendo, el honor otorgado a nuestra compañera Sol es una buena iniciativa por parte del Ayuntamiento en este camino del viaje que estamos obligados a compartir.
Antonio Pérez.
Artículo publicado en Levante. emv