Terencio
Nada humano me es ajeno. Esta frase, atribuida al famoso comediógrafo latino y compuesta únicamente por cinco palabras, contiene en sí misma tan sugerente y colosal carga que sería muy fácil, a partir de dicha frase, escribir un libro tan gordo como el de Petete. Pues imagínense que, si en vez del pronombre personal átono me, hubiese empleado el plural nos: daría para doce tomos del mismo libro. Este preámbulo justificativo lo empleo para hablar de algo que me preocupa: lo que nos viene sucediendo con el Centro y Sur de América. Me consta que casi nunca pensamos en ello, y menos en unos momentos en que el personal solo está pendiente, las veinticuatro horas del día, de la evolución de la pandemia que estamos padeciendo.
Es lógico, e incluso sabio y sano que, en algunos determinados momentos, revisemos el estado de nuestros ombligos. Pero uno tiene que verse permanentemente al completo, y, eso incluye el examen de lo que nos rodea, desde lo más cercano a lo más lejano, por ese orden de importancia. Es fundamental para nuestro equilibrio y normal funcionamiento tener una visión lo más panorámica y completa posible del mundo en el que vivimos, así como tener un criterio realista acerca del mismo. Saber mantener un pensamiento global y actuar localmente. Para ello hay que mirar alrededor y procurar estar debidamente informados.
Nada de esto nos lo ponen fácil. Como un simple ejemplo de lo que estoy afirmando repara en esto: si pones la tele o lees la prensa, verás que parece ser que lo único que ocurre en el mundo sea una lucha mortal con una pandemia. No es que le quite importancia, pero no es normal que cualquiera de nosotros pueda tener una opinión bastante formada sobre qué vacuna es la mejor, siendo que nos van a poner la que ellos quieran y cuando puedan, mientras que casi nadie se haya enterado de que en unos pueblos tan cercanos como los iberoamericanos, pueblos culturalmente tan nuestros, pueblos hermanos, donde hace tiempo tuvimos la fortuna de poder emigrar y que ahora acogemos por centenares de millares, casi nadie se ha enterado, repito, que en esta semana ha habido importantes elecciones en Perú, en Bolivia, Ecuador y un referéndum en Chile. También ha pasado casi desapercibido que “el demócrata” Biden una de sus primeras órdenes haya sido bombardear Siria, seguramente en busca de la paz (de los cementerios).
Deberíamos aprender a hacernos preguntas porque, si no, puede que alguien nos tome por imbéciles, ¿Cómo es posible que todos sepamos, con pelos y señales, cómo, por qué y de qué se ha muerto el Duque de Edimburgo y casi nadie tenga una idea clara de lo que se está cociendo en Bolivia y en qué nos afecta a nosotros?
Miguel Álvarez
