Tormenta en un vaso de agua
La historia de que, además de la amnistía y el referéndum, ERC y/o Junts han exigido a Pedro Sánchez, como sobreprecio a la investidura, que impida la ampliación norte del Puerto de Valencia tuvo un sorprendente colofón el jueves con la profecía autocumplida a cargo de Compromís, que decidió hacer suyo aquello de lo que todo el mundo hablaba pero cuya veracidad nadie había podido comprobar. Lo que viene siendo un rumor.
No era cuestión de perder el tiempo averiguando de dónde salió el rumor, muy bien aprovechado –se non è vero, è ben trovato– por Mazón, Catalá y el PP, con los empresarios y las fuerzas vivas de la ciudad subidos al carro del mos volen furtar el port, porque si te llaman los periodistas tienes que contestar aunque no des ninguna credibilidad al supuesto chantaje de los catalanes contra el puerto.
Mi compañero Ximo Aguar y un servidor entrevistamos el pasado mes de enero a Gabriel Rufián, en una visita que hizo a València, y si alguna conclusión sacamos del líder independentista es que tenía muy poca idea de los problemas de los valencianos, algo lógico porque los políticos catalanes solo miran a Madrid. Además, cuando uno se informa de la actualidad exclusivamente por los medios de comunicación madrileños y catalanes, como es su caso, suele tener una idea vaga y distorsionada de la realidad valenciana.
Cuando saltó la ‘noticia’ de lo del puerto, llamamos a un asesor de Rufián para preguntarle. Por no saber, ni se habían enterado de que aquí la bomba política del día que abría periódicos e informativos era el supuesto «chantaje intolerable» de ERC y Junts a Sánchez. ¿Ampliación, qué ampliación? Nos remitieron a ERC-PV, su satélite en Valencia, que caben en un taxi, donde obviamente sí que se habían enterado de la polémica pero desmintieron rotundamente el rumor. «Estamos en contra de la ampliación por motivos ecologistas, pero no se nos ha ocurrido pedir a ERC que meta eso en la negociación de la investidura», vinieron a decir.
Junts también lo desmintió, en declaraciones a La Vanguardia, y la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, calificó el rumor de fake news. Pruebas definitivas de que todo es cierto, según el secretario general del PPCV, Juan Francisco Pérez Llorca, porque «con los antecedentes que tienen» ERC, Junts y Pedro Sánchez, «generalmente cualquier cosa que dicen, sabes que es la contraria».
Dicho esto, lo que sí es una evidencia es que la ampliación norte del Puerto de Valencia tiene opositores, enemigos y grupos interesados en que no se haga. Cabe recordar que la ampliación se encuentra paralizada en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid debido a un recurso de la Comissió Ciutat-Port, movimiento contrario a la obra cuya cabeza visible es el exdiputado de Podemos en Les Corts Antonio Montiel. Cierto es que el Gobierno de Sánchez, donde se sienta Podemos, se puso de perfil cuando tenía que dar el empujón definitivo a la ampliación y delegó la decisión en la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), lo que motivó el recurso judicial.
De manera que al mayor enemigo de la ampliación no está en Cataluña, sino que lo tenemos en casa, como es tradición en Valencia. El mismísimo Esteban González Pons estaba hasta hace poco en contra de la obra porque prefería seguir teniendo «una ciudad con puerto en lugar de un puerto con ciudad», aunque en la campaña electoral evitó pronunciarse y depositó toda su confianza en lo que hagan María José Catalá y Carlos Mazón, firmes defensores de la ampliación.
Y si buscamos un enemigo exterior en esta cuestión, me preocupa más la foto de Sánchez con Xi Jinping que con Puigdemont o Rufián, porque el gran beneficiado de que no se haga la ampliación –ya lo está siendo gracias el retraso– se llama Cosco (China Ocean Shipping Group), una de las mayores navieras del mundo, controlada por el Gobierno de la República Popular China, que gestiona el Muelle Príncipe Felipe, la mayor plataforma de carga y descarga del puerto de Valencia.
Toda esta tormenta en un vaso de agua ha servido al Consell de Mazón para poner la ampliación del puerto en la lista de agravios/reivindicaciones de los valencianos, junto a la financiación autonómica, el trasvase Tajo-Segura y, entre otras, la recuperación del derecho civil valenciano que, curiosamente, sí ha reclamado ERC de forma explícita al Gobierno esta semana, aunque no en el marco de la negociación para la investidura. ¿Apoyarán el PP y el PSOE la propuesta de Rufián?
Mazón ha cogido la bandera del puerto con habilidad –la discusión sobre la idoneidad de la ampliación ha pasado a segundo plano–, mientras Compromís se ha metido en un jardín del que ya veremos cómo sale cuando Sánchez no le haga caso en el freno a la ampliación, ni en ninguna otra cosa, sabiendo que su voto lo tiene ganado, como ya hizo con Baldoví.
La guinda la puso el viernes la nueva presidenta de la APV, Mar Chao, con una respuesta que invita a la reflexión: «El ruido mediático no ayuda a atraer carga».
Publicado en Valencia Plaza