El trato a Urdangarin reabre el debate sobre la sorprendente fortuna de Juan Carlos
La figura del rey Juan Carlos, jefe de Estado en el momento del apogeo de la trama Nóos, hace años que está rodeada completamente de polémica. Muchas cuestiones son de carácter privado y van desde la compra con fondos reservados del silencio de una de sus amantes, Bárbara Rey, hasta las constantes demandas de paternidad bloqueadas por la justicia, pasando por las cacerías de elefantes que causaron la mayor crisis de popularidad de su vida o la amistad con Corinna.Uno de los principales interrogantes, sin embargo, es cual es la fortuna del monarca español y como la ha conseguido. Que cobre del estado, sin control por parte de ciudadanía y partidos, y que sea inviolable no son impedimentos para que pueda tener negocios. Hace unos años, el diario estadounidense The New York Times estimó su fortuna en 2.300 millones de dólares (1.800 millones de euros), una cifra imposible de alcanzar con los cerca de 300.000 euros que cobraba de media como jefe de Estado. El mismo diario acusaba al rey de llevar un estilo de vida lujoso ‘y de tener una fortuna opaca’.La revista Eurobuisnessva situar en 2003 la fortuna de Juan Carlos en términos similares, desglosándola en 545 millones de fortuna personal y otros 1.136 millones de bienes familiares. Este último apartado podría referirse a los bienes propiedad del estado pero que son de uso y disposición exclusiva de la familia real, como es el caso de los palacios reales de Madrid, la Almudaina de Palma, la Granja de San Ildefonso y Riofrío de Segovia, El Escorial, El Pardo y Aranjuez de Madrid, y los Reales Alcázares de Sevilla, entre más posesiones.
La reacción del estado y la casa real a la publicación de estas cifras fue asegurar que las actividades privadas del rey eran un asunto personal y que en cualquier caso se mezclaban su dinero con las propiedades del estado. Pero un estudio posterior de la Universidad de Bruselas de 2012, calculaba que había hecho fortuna invirtiendo en bolsa y obras de arte (por un valor de 540 millones) y también en inmuebles (que le reportarían 1.100 millones). Una red de testaferros encubriría la titularidad de estos bienes e inversiones.
Es evidente que la fortuna no podría surgir en ningún caso de la herencia de su padre, Juan de Borbón, que dejó 1.100 millones de pesetas (hoy, 100 millones de euros) que se repartieron entre los tres hermanos.
Desde hace muchos años, uno de los rumores más extendidos es que parte de los ingresos del monarca surgían de comisiones que habría conseguido haciendo de mediador, principalmente con los regímenes no democráticos del Golfo Pérsico. Desde el inicio de la transición, se habla de que todas las entradas de crudo del Golfo Pérsico en el estado son gravadas con un impuesto encubierto que cobra la casa real. En este sentido, han hecho hablar mucho sus continuos viajes a la zona y la amistad nunca desmentida con los monarcas de la región. El viaje donde cazar un elefante en Botswana era, de hecho, un encuentro pensada especialmente para cerrar tratos, y fue organizada por un magnate sirio de la construcción ligado a Arabia Saudí que posteriormente apareció en los ‘papeles de Panamá’.
Su hijo y actual rey español ha continuado manteniendo relaciones muy especiales con los monarcas del Golfo. En este sentido, son especialmente conocidas las gestiones millonarias hechas en Arabia Saudita, como el AVE Medina-Meca.
La familia bajo la polémica
Artículo publicado en Vilaweb