En la ciudad de València hay 169.651 personas mayores de 64 años, de las cuales el 26,73% (45.343) viven solas, un porcentaje que aumenta hasta el 75,4% en el caso de las mujeres. La soledad no deseada es un problema que afecta cada vez a más personas, aunque no todo son personas mayores.
Dentro de los proyectos que se están llevando a cabo para combatirla, el centro de innovación Las Naves de València acaba de lanzar el piloto Vincles en el barrio de Benimaclet, que se asienta en dos pilares: acompañar a las personas de forma comunitaria (y no como un mero voluntariado individual, con una persona) y abrirlo a todas las personas que se sienten solas, desde mayores, hasta familias monoparentales, personas migrantes o adolescentes.
Identificar las situaciones de soledad
La cooperativa de sociología La Dula es la que hace el papel de facilitar el proceso y dinamizar los grupos. El técnico Lluís Benlloch explica que Vincles “es una red público comunitaria” integrada por muchas asociaciones del barrio, desde la AVV hasta la Assemblea Feminista de València, además de los servicios municipales (centros de salud y centros sociales), “con el objetivo de reducir y combatir situaciones de soledad no deseada en el barrio”.
Después de un año de trabajo, han pasado por varias fases, como identificar las situaciones de soledad, que Benlloch asegura que “no es un trabajo fácil”. Lo han hecho a través de consultas en centros de salud o atenciones domiciliarias, servicios a los que les entregaron un cuestionario para detectar estos casos, así como tirando del vecindario y del fuerte tejido asociativo que tiene Benimaclet.
Existe una “comisión de bienvenida” formada por los nexos vecinales, donde se explora los intereses de las personas y qué tipo de actividad les puede convenir en base a su perfil y personalidad, con el objetivo de que “se integren en el tejido asociativo”.
El acompañamiento se hace “de forma comunitaria”: “Ya hay recursos basados en la visión clásica del voluntariado, como el Teléfono de la Esperanza y otras entidades que acompañan a salir a la calle a una persona que se encuentra sola desde un punto de vista asistencial. Aquí el planteamiento es comunitario, a través de actividades asociativas en las que interactúen con más de una persona, en espacios colectivos”.
No se trata solo de acompañar, sino de generar actividades comunitarias
“No se trata solo de acompañar, sino de generar actividades comunitarias”, subraya. De momento, ya se ha creado la actividad de los “Cafenets” de los jueves en el Centre Instructiu Municipal de Benimaclet, donde estas personas pasan el rato “hablando del día a día o compartiendo preocupaciones”.
Próximamente, se hará un taller de ganchillo con el mismo objetivo de conversar y crear comunidad, y se plantean hacer salidas a pasear dinamizadas por la figura del “vínculo vecinal”.
Elena Juan, de l’Assemblea Feminista de València, es una de las personas que acompañan habitualmente a las personas que se encuentran en los cafés de los jueves. Cuenta que “las sensaciones son muy buenas” y que “se ha creado un grupo diverso, de diversos orígenes” y donde ve “mucha igualdad”: “No hay diferenciación entre las que hemos creado vínculos y las que han venido”.
“Es un espacio donde empiezan a salir ideas de la gente que llega y no solo las que proponemos nosotros. La idea es que lleguen a un punto en el que sean autónomas y promotoras de actividades”, sostiene.
Se dirigen a «todos aquellos que sufren soledad no deseada»
Juan explica que, dependiendo del perfil de la persona, a veces se inicia el contacto de manera individualizada, “con más intimidad para que no se sienta analizada ni juzgada”. Pero ese es solo el primer paso: “No queremos hacer acompañamiento, sino llegar a espacios colectivos”.
Por otro lado, Lluís Benlloch destaca que en Vincles “se ha definido que los colectivos diana son todos aquellos que sufren soledad no deseada”: “Es importante el de las personas mayores, pero también la sufren vecinas de origen migrante con pocas redes, personas cuidadoras que tienen pocas relaciones o adolescentes, de los que todavía no tenemos ningún caso, pero estamos abiertos a trabajar con ellos”.
El proyecto recibe la financiación del centro municipal de innovación de Las Naves, aunque el planteamiento es que “la Administración no lidere los procesos en los barrios, sino que los acompañe”.
Elena Roger, técnica de I+D+i de Salud de Las Naves y promotora del proyecto Vincles, explica que se enmarca en una de las “misiones” establecidas por el Ayuntamiento de València, ya que la soledad “es un problema reconocido por la OMS de salud pública, física y mental”.
La innovación en este proyecto es la vertiente no asistencialista
Cuenta que Benimaclet era un “barrio ideal para hacer este piloto”. “La innovación en este proyecto es la vertiente no asistencialista, la red público comunitaria donde se han unido asociaciones muy distintas, pero lo importante es la comunidad y hacer barrio para mejorar la salud y el bienestar de las personas”, defiende Roger.
El objetivo es extender el proyecto a otras zonas de València: “Tenemos un prototipado, una hoja de ruta que podemos trasladar, replicar y adaptar a otros barrios”.
Raquel Andrés Durán
Publicado en La Vanguardia