Una victoria de las víctimas

Concentración de familiares de las víctimas ante el Palau de la Generalitat Ana Escobar / EFE
A Carlos Mazón no lo ha obligado a dimitir Alberto Núñez Feijóo, ni el PP, ni siquiera la casi unánime crítica mediática. Al president valenciano le han obligado a dar un paso atrás las familias de las víctimas y las decenas de miles de damnificados que durante meses han mostrado su dolor e indignación porque Mazón siguiera en su cargo a pesar de la gestión de la dana que ha provocado 229 muertos. Las mismas familias a las que el líder del PP valenciano no ha recibido más de un año después de la tragedia. Las manifestaciones, once en total y con decenas de miles de personas, habían extendido ante la opinión pública un malestar que se detectaba en las encuestas. El momento grave, decisivo, fue la rabia de las víctimas mostrada en el funeral de Estado celebrado en Valencia el pasado miércoles en presencia de los Reyes y que supuso el momento decisivo en el que Feijóo asumió que la situación no podía seguir así ni un día más.
En todo este tiempo, la Generalitat Valenciana había intentado crear un relato alternativo para eludir la responsabilidad penal de los imputados y, también, del propio president valenciano. Pero el malestar social, la rabia de los que lo han perdido todo, no se podía modular desde el Palau de la Generalitat. Ya sucedió cuando el accidente de metro de 2006, en el que Francisco Camps tampoco recibió a las víctimas y que lentamente erosionó su propio liderazgo. Siempre lo he dicho; Camps nunca fue el mismo desde aquel accidente y su situación se agravó cuando estalló el caso Gürtel. Fue absuelto, pero políticamente ya estaba amortizado. También tuvo que dimitir, forzado por Mariano Rajoy.
Las víctimas de la dana han dado una lección a España. Porque no han dejado de subrayar que su duelo no podía aliviarse mientras Carlos Mazón siguiera en su puesto. Y la sociedad valenciana, de izquierdas y de derechas (como así también descubrían las encuestas) se había solidarizado con ellas. La política actual se mueve por emociones, y en este contexto Mazón y el PP hace tiempo que perdieron la batalla, más aún con los nuevos datos de la gestión de la dana que no han dejado de contradecir versiones ofrecidas por el president y por miembros del Consell.
Carlos Mazón ha dimitido y hoy se inicia una nueva etapa en el PP valenciano. Pero quien lo lidere, y quien presida la Generalitat Valenciana en este partido, deberá tener en cuenta que la herida con las víctimas sigue abierta. Que mientras este partido no asuma que debe restablecer los puentes, y los afectos, con las familias, seguirá habiendo un problema sin resolver. Y que desde el principio hubo actores que tuvieron claro al lado de quién debían estar, o al lado de Mazón o al lado de las familias. Los primeros ahora han comprendido su enorme error.
Salvador Enguix
Publicado en La Vanguardia



