Lo que nadie respondió a Santiago Abascal en el debate
Santiago Abascal: «Lo primero que haríamos es impulsar la suspensión de la autonomía en Cataluña para tomar el control de la TV3, de los Mossos d’Esquadra y, por supuesto, de la educación en Cataluña».
Y lo harían incumpliendo la Constitución. Según ha sentenciado el Tribunal Constitucional, el artículo 155 no se puede aplicar como Vox pretende.
Y, de nuevo, incumplirían la Constitución española, dejando sin representación política a cerca de la mitad de los los votantes catalanes y vascos – Vox también pide la ilegalización del PNV y Bildu–. Abascal, el «constitucionalista», también ignora la sentencia del Tribunal Supremo, que ya ha dejado claro que no hubo un golpe de Estado en Catalunya.
Santiago Abascal: «Y en tercer lugar, intentaríamos que quien está cometiendo un delito flagrante de rebelión, el señor Torra, sea detenido o esposado y puesto a disposición judicial».
Y Santiago Abascal de nuevo incumple la Constitución, y olvida que en un país democrático son solo los jueces, y no el Gobierno, quien califica los delitos y puede ordenar la detención de un ciudadano.
Santiago Abascal: «El coste del funcionamiento del Estado de las Autonomías, según distintos estudios, es de entre 60.000 y 90.000 millones de euros al año».
Falso. No hay ningún estudio que cifre en estos números el coste de las autonomías. El origen de este dato erróneo, que circula por Internet desde hace años y Abascal difunde con desparpajo, es una estimación que hizo UPyD en 2011, y que cifraba el supuesto sobrecoste autonómico en «70.000 millones en cuatro años». Es decir, 17.500 millones: cinco veces menos de lo que dice Abascal ahora. Aunque tampoco esa cifra, tremendamente exagerada, se basa en un análisis serio.
Lo que dicen los estudios académicos más fiables es justo lo contrario: que los sistemas federales son económicamente más eficientes que los centralistas. También lo demuestra la historia reciente de España. Con el Estado autonómico, a pesar de la última crisis, España ha alcanzado el mayor grado de desarrollo económico y social de nuestra historia.
Santiago Abascal: «El coste de las duplicidades que hay que abordar de manera inmediata es de 24.000 millones de euros».
Falso. De nuevo el dato sale de un informe de UPyD de 2010 no contrastado y que tampoco decía exactamente eso. Lo que aseguraba el partido de Rosa Díez –esa exconsejera de Turismo del País Vasco que después hizo carrera contra el nacionalismo con el que pactó– era que se ahorraría ese dinero si todas las autonomías fuesen más eficaces en su gestión. No eliminándolas. Y tampoco está muy claro cómo llegaba UPyD hasta esa cifra.
Santiago Abascal: «Yo creo que la causa de la crisis está en el despilfarro de las autonomías, en el gasto político de las autonomías»
Tan falso como culpar de la crisis a los unicornios, o a los señores con barba.
La recesión económica es mundial. La sufrirán igual en Francia –un país centralista– que en España –un país federal al que llamamos autonómico–. Y el origen de este bache está en las políticas de Trump, en la guerra comercial con China, en el Brexit… No en la inmigración o en las autonomías.
Santiago Abascal: «Al final tendremos que elegir o autonomías o pensiones, pero tendremos que elegir».
Falso. Quien es una verdadera amenaza para el sistema público de pensiones no es el modelo autonómico: es Vox.
En su programa electoral, el partido de Abascal plantea un modelo de pensiones «semiprivado». Vox habla de una «avalancha de pensionistas» y califica el sistema actual de «lastre para el crecimiento económico de España, un escollo insalvable para reconducir las finanzas públicas».
Santiago Abascal: «Hay que terminar con la sanidad universal para los inmigrantes. ¿Cuánto nos cuesta eso, señor Sánchez? ¿1.000 millones de euros?, ¿2.000 millones de euros?, ¿3.000 millones de euros?».
Falso. Y no solo porque Abascal se invente cifras imposibles –al menos en esta ocasión no cita falsos «estudios»–. En realidad la sanidad universal probablemente ahorra dinero, salvo que aceptemos como premisa económica que es mejor que se mueran y se les niegue cualquier acceso a los servicios sanitarios, también a las urgencias.
A las enfermedades no les importa el pasaporte, sale caro permitir que determinadas dolencias se propaguen, y es más barato tratar a los inmigrantes en el médico de familia que en urgencias. Cuando Rajoy suprimió la sanidad universal, lo hizo con el argumento del ahorro. Nunca pudo aportar datos que así lo demostraran y, tres años después, dio marcha atrás y recuperó parte de los servicios sanitarios para los inmigrantes para «no saturar las urgencias» y «por razones de salud pública».
Santiago Abascal: «Condenan ustedes los golpes de Estado del Partido Socialista y de las izquierdas a la República en el año 34?».
Vox ve golpes de Estado por todas partes, salvo en un caso. El más evidente y el único que triunfó en el último siglo en España: el de 1936 contra la legalidad republicana.
Santiago Abascal: «Planteamos un tipo máximo del 22% para la mayoría de los trabajadores, que la parte exenta sea el doble y que el tipo máximo que se pague sea del 30%».
Es decir, una rebaja fiscal mínima para los más desfavorecidos y un regalo fiscal millonario en el IRPF para los más ricos, a los que un tramo así rebajaría hasta casi la mitad los impuestos que ahora pagan.
Santiago Abascal: «Planteamos también la rebaja del impuesto de sociedades al 22%».
Es decir, una rebaja de tres puntos para la mayoría de empresas y Pymes, que pagan el 25%, y de ocho puntos para la banca y las petroleras, que ahora están en el 30%.
Santiago Abascal: «Planteamos la eliminación de los impuestos injustos de Sucesiones y de Patrimonio».
Es decir, otra rebaja a los ricos. El de Patrimonio en teoría solo obliga a unos 200.000 contribuyentes: alrededor del 1% de todos ellos. Al 99% no les afecta. Solo a los millonarios.
En la práctica, gran parte de ese 1% más rico tampoco paga porque este impuesto ya está suprimido en las autonomías donde gobierna la derecha y que ha convertido lugares como Madrid en un paraíso fiscal para las grandes fortunas.
Solo en el impuesto de sucesiones, Madrid perdonó 240 millones de euros a los más ricos. Solo en patrimonio, Madrid regala otros mil millones más cada año. Y hay 406 multimillonarios en Madrid –aquellos con fortunas de más de 30 millones de euros– que gracias a la supresión de este impuesto se ahorran anualmente una media de 984.000 euros por cabeza.
Es a estos súper ricos a quienes defiende Vox y el resto de la derecha. No a la «clase trabajadora».
Santiago Abascal: «Yo creo que para los españoles más humildes España es su único patrimonio y sólo los ricos pueden permitirse el lujo de no tener patria».
Falso. Lo que no se pueden permitir los más humildes es no tener Estado del bienestar, y eso se paga con el sistema fiscal que Vox quiere desmantelar. Y la pomposa frase sobre «el lujo de no tener patria» ni siquiera es de Abascal. Se la ha copiado a Ramiro Ledesma, uno de los fundadores de la Falange.
Santiago Abascal: «En España hay calidad democrática y calidad democrática es defender las columnas de la sociedad occidental y decir que a los muertos se les respeta, se llamen Franco o La Pasionaria».
Lo que tiene que respetar Abascal es al poder legislativo, al ejecutivo y al judicial, que son las verdaderas columnas de cualquier democracia. Y fueron los tres poderes del Estado, uno tras otro, quienes decidieron que Franco no podía estar enterrado con sus víctimas. Exactamente por eso que dice Abascal, por respetar a los muertos: a los más de 30.000 cadáveres trasladados al Valle de los Caídos, muchos de ellos contra la voluntad de sus familias.
Santiago Abascal, sobre los chiringuitos de la Comunidad de Madrid donde le colocó el Aguirrismo: «Estuve cuatro meses».
Falso. Estuvo casi cuatro años: tres en la Agencia Madrileña de Protección de datos –que hacía exactamente lo mismo que la Agencia Española de Protección de Datos y es un fantástico ejemplo de esas «duplicidades autonómicas» que Abascal solo ahora crítica–.Y después, trabajó nueve meses más en una fundación sin otra actividad conocida que la de pagar su sueldo. Entre una mamandurria y otra, en esos cuatro años cobró del dinero público casi 300.000 euros.
Santiago Abascal: «Estoy muy orgulloso de haber comparecido en sede parlamentaria y pedir el cierre de esa institución, que yo mismo dirigía».
Falso. Abascal se refiere a la Fundación para el Mecenazgo y el Patrocinio Social de la Comunidad de Madrid, que fue el último chiringuito en el que le enchufó el PP de Esperanza Aguirre para pagarle un buen sueldo. Es cierto, compareció en la Asamblea de Madrid, pero no para pedir «su cierre». Lo hizo a regañadientes: a petición de la oposición, que le pidió explicaciones sobre su gestión al frente de un organismo inútil.
En esa comparecencia parlamentaria –aquí se puede leer íntegra–, Abascal defiende «el esfuerzo extraordinario» que hizo como gerente de esa fundación inútil. En ningún caso pide su cierre, que se decidió después de que se pusiera el foco público sobre la nula actividad de este chiringuito.
Santiago Abascal: «Yo abandoné esa responsabilidad y me fui de un partido en el Gobierno y con mayoría absoluta para iniciar una nueva aventura política».
Falso. Abascal no «abandonó». Lo echaron. Cerraron el chiringuito y se quedó en el paro; el PP de Ignacio González no encontró para él una nueva mamandurria. Y exactamente el mismo día en que se clausuró ante notario esa fundación que le pagaba un sueldo de 80.000 euros –el martes, 17 de diciembre de 2013–, Abascal registró su nuevo partido, Vox.
Si no se hubiera quedado sin trabajo, es probable que Abascal aún siguiera cobrando de las mamandurrias del PP de Madrid.
Santiago Abascal: «La actual ley que llaman ustedes de violencia de género no las protege del verdadero maltrato. Además, ven que esa ley no ha servido para reducir el número de mujeres asesinadas».
Falso. La ley se aprobó en 2004 y ese año hubo 72 mujeres asesinadas por violencia de género. El año pasado fueron 50.
Santiago Abascal: «Una ley que, además, ha convertido a muchos hombres en presuntos culpables. Hay un 86% de denuncias archivadas».
Falso. El porcentaje de denuncias archivadas no es del 86%. En 2018, se archivaron el 3,46% de forma definitiva y el 41,58% de forma provisional, según datos del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial.
Santiago Abascal (sobre los disturbios en Catalunya): «A los policías, los guardias civiles, en las semanas pasadas no se les permitía en los primeros días utilizar material antidisturbios para defenderse».
Falso. Las autoridades policiales no necesitan autorización expresa para usar material antidisturbios. Y la Guardia Civil ni siquiera intervino.
Santiago Abascal (a Pedro Sánchez): «Usted hizo una moción de censura apoyado en todos los enemigos declarados de España».
Falso. La moción de censura salió adelante apoyada en la mayoría absoluta del Congreso. Es decir, en los representantes políticos de más de la mitad de los españoles.
¿Puede ser «enemigo de España» más de la mitad de la patria? Solo si ese carné lo reparte Vox, empeñado en el viejo discurso fascista de la «anti España».
Santiago Abascal: «Queremos combatir la inmigración ilegal que llena de delincuencia nuestras calles y que discrimina y perjudica a los españoles más modestos».
Falso. Las calles españolas no están, ni mucho menos, llenas de delincuencia: España es uno de los países más seguros del mundo.
Santiago Abascal: «Yo vivo en el barrio de Hortaleza y ahí hay un centro de menas. Allí me encuentro con mujeres que me vienen a contar que los policías les dicen que no salgan con joyas a la calle».
Falso. La relación entre menas y delincuencia es aún más demagógica. En Andalucía, según los datos del actual gobierno del PP en la Junta –que Vox apoya–, el nivel de delincuencia de los menores no acompañados es de solo el 0,54%.
Santiago Abascal: «Ha habido más de cien manadas en España y el 70% de quienes están imputados son extranjeros».
Falso. Abascal difunde un viejo bulo que se basa en un informe que no dice lo que el líder de Vox repite.
Santiago Abascal: «Tampoco hablan, como habría que hacer, de la cadena perpetua para violadores».
Vox pide fuertes condenas salvo en el caso original de ‘la manada’, la de los sanfermines, compuesta por españoles muy españoles. En aquella ocasión, cuando llegó la sentencia, el líder andaluz de Vox se puso del lado de los violadores, y no de su víctima.
Santiago Abascal: «Esta noche han tenido ustedes la oportunidad de escuchar sin manipulaciones las propuestas de Vox. Ahora ya pueden juzgar ustedes mismos».
Falso. Lo que pudieron escuchar los 8,6 millones de espectadores del debate electoral del lunes fue exactamente lo contrario: las manipulaciones de Vox, sin filtro alguno.
Lástima que Abascal pudiera hacerlo impunemente, sin que apenas se respondiera a sus mentiras.
Este domingo, es posible que lo paguemos muy caro.
Ignacio Escolar
Artículo publicado en ElDiario.es