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Almudena Grandes – La madre de Frankestein

Libro: La madre de Frankestein

Autora: Almudena Grandes

Editorial: TusQuets. Año: 2020

Almudena Grandes fue una prolífica escritora madrileña. Nació en 1950 y falleció recientemente, en 2021. Columnista habitual del periódico El País, es considerada por su estilo y por su temática una escritora galdosiana en su afán por novelar y recoger pasajes escogidos de nuestro pasado, singularmente del franquismo. Sus obras son retratos muy medidos y documentados de nuestra historia a través de los cuales se puede seguir el hilo del devenir de nuestro pasado, siempre buscando el entorno oculto, o de aquellos temas que han quedado en la penumbra.

En el caso de La madre de Frankestein la autora rebusca en la vida de un Psiquiatra que retorna a España desde Suiza donde presta sus servicios trabajando en una clínica especializada desde donde se encuentra, desde que salió del país. En una convención de psiquiatría en 1953, sobre el uso de un neurofármaco, la clopromazina, se produce un encuentro entre el doctor Robles, director del manicomio femenino de Ciempozuelos, en Madrid, y el Dr Germán Velázquez, psiquiatra, especializado en los nuevos neurolépticos. Robles reconoce las capacidades y la formación del médico y le ofrece volver a trabajar en España. El doctor Velázquez salió joven de España para estudiar en el extranjero de acuerdo con el parecer de su padre, también psiquiatra. Llegado el golpe militar, el viejo doctor republicano fue detenido al final de la guerra y encarcelado, encontrando la muerte en prisión. Por tanto, las circunstancias ofrecidas para volver por Robles no pueden ser más desafortunadas. No obstante, Velázquez acepta finalmente. llegando a Madrid en los primeros meses de 1954.Sabía que las condiciones no serían fáciles. Su llegada al sanatorio de Ciempozuelos se produjo en medio de una cierta expectación de empleados y pacientes. Conoció al famoso psiquiatra franquista, Vallejo Nájera, que se ocupaba del pabellón de hombres. El hospital estaba regentado por religiosas de la Orden de San Juan de Dios y la dirección era compartida por los facultativos y por una superiora de dicha orden religiosa, que se ocupa de codirigirlo y del cuidado de enfermos de este tipo desde tiempo inmemorial. Entre las internas que conoció se encontraba alojada una parricida, Aurora Rodríguez Carballeira, famosa por haber dado muerte a su hija Hildegart, en 1933. El suceso conmocionó a toda España en ese año y desde entonces cumplía condena bajo custodia en dicho sanatorio. Hildegart fue una destacada y precoz miembro de las juventudes socialistas de los años 30, con una capacidad y formación extraordinaria. Desde niña ya destacaba en diversos saberes. Acabó cursando varios estudios desde su juventud y hablaba varios idiomas.  Promovió diversas iniciativas políticas atrevidas y arrojadas dentro de las filas de su formación política. Llegó a abandonar las filas de las juventudes socialistas por considerar éstas muy moderadas, militando después en el Partido Federal. El choque entre madre e hija se produjo cuando ésta decidió emanciparse al conocer a un hombre. La madre perdió el sentido al ver que su obra en la que había puesto tantas esperanzas se frustraba por amor y se apartaba de los proyectos previstos para ella, doblegando su ambición. Según ella su hija era un boceto defectuoso, alejado de sus ideales. Condenada a muchos años de prisión después de un juicio en que compareció como psiquiatra el padre del Dr. Velázquez, éste consiguió que fuera reconocida como enferma mental y enviada bajo custodia y tratamiento a un manicomio. La crónica de estos sucesos constituyó un aldabonazo en las conciencias de los años 30, tanto en el ámbito educativo, como político y social del momento, generando una fuerte diatriba en los medios de comunicación. El caso se produjo cuando Germán era adolescente. Aún recordaba como espió al otro lado de la puerta del despacho de su padre la   conversación entre el abogado y el médico, pocas horas después de producirse el crimen, y cómo siguió después los detalles del asunto.

La vida de Aurora en el manicomio durante estos años, cuenta la narración, tuvo diversas fases, pero cuando llega Germán desde Suiza, la paciente tiene una sala para ella, toca el piano y goza de una cierta autonomía. Es una mujer muy inteligente y la más veterana, pero los médicos la han abandonado prácticamente a su suerte. A Germán le cuesta conseguir la documentación atesorada en los archivos sobre su caso, y comienza a interesarse por ella. La paciente tiene la visita habitual de María, una auxiliar que desde niña la conoce y con la que ha aprendido a leer y a escribir. Es la nieta del jardinero y esta relación durante tiempo pasó por fases de entrega y enfrentamiento. Los motivos de este distanciamiento en el pasado, fue debida a la confección de una muñeca muy procaz confeccionada por la paciente que le fue entregada como un obsequio. Es una muñeca que molestó a la familia de María, acabando en el fuego. Por ese motivo, el jardinero se interpuso entre ambas, dando al traste con la relación.

Cuando María vuelve después de un tiempo trabajando fuera de la clínica. Se hace de nuevo con un puesto de auxiliar en el sanatorio. Vuelve a visitar a la paciente, la cual le pide que todos los días, fuera de la jornada laboral, lea para ella en su cuarto. Según le cuenta a Germán es un trabajo adicional fruto del afecto de los años de la infancia, hecho que sorprende a éste por su entrega. Después de un tiempo considerable el psiquiatra logra abrirse paso entre los personajes que habitan en el sanatorio, Germán Velázquez consigue trabar algunas relaciones con compañeros y conocer y atender a los pacientes con cierta dignidad. A lo largo de los meses nace una especial relación con María que cristalizará en una cierta complicidad cuando no una relación que les aproxima y compromete. A pesar de su discreción todos les observan.

En cuanto a las circunstancias laborales en que discurre el trabajo del Dr Velázquez no pueden ser más difíciles, chocando inevitablemente con todos los que habitan ese espacio. Es un contexto hostil, en que el Dr Vallejo Nájera, que dirige el pabellón masculino, lo ocupaba todo. Era un prohombre del régimen, coronel del ejército, partidario de la eugenesia. Había conseguido a partir de 1939 con ayuda del nuevo régimen político experimentar y someter a los presos republicanos a tratamientos muy agresivos. Los había reclutado para someterlos a todo tipo de experimentos psiquiátricos. Creía que su comportamiento era patológico y que sus genes políticos debían ser extirpados, y si no, al menos, tratados clínicamente, porque constituían una casta de seres inferiores, o eran sujetos que sufrían una patología. Todos ellos eran recaudados desde las prisiones y los campos de concentración. Para profundizar en el retrato sobre la psiquiatría en España en esos años, hay que acercarse a leer lo recogido por Carlos Castilla del Pino. En dos obras formidables hace de notario de esta profesión y de las implicaciones políticas durante su ejercicio en esos años. Han quedado recogidos muchos detalles en La Casa del Olivo y en Pretérito imperfecto. Esta última sirve para verificar el acceso a la profesión en el contexto del franquismo y la primera como fruto de su ejercicio desde su primer destino en Córdoba. Son dos obras de valor incalculable como retrato de situación.

Los años 50 sumieron a todo el país en una prisión y así lo retrata Almudena Grandes. Eran momentos muy difíciles también en las relaciones de pareja cuando éstas se manifestaban en público. Los códigos morales imperantes impedían toda efusividad y las prácticas de las relaciones de pareja estaban muy circunscritas al ámbito privado y perseguidas en sus manifestaciones públicas. La moral nacional-católica imperaba por todos los rincones y también dentro de las estancias del sanatorio de Ciempozuelos.

Almudena Grandes se extiende en todos los detalles de estas prohibiciones y de este ambiente tan restringido y tan plagado de miedos, sospechas y delaciones. Esta obra por su calidad y la intensidad dramática que encierra ha sido convertida y adaptada para la escena en una obra de teatro que hoy está recogida por el Centro Dramático Nacional. Se considera un espacio vital a donde asomarse para otear el paisaje de aquellos momentos. Esta narración constituye en la obra de Almudena Grandes el volumen V de Historia de una guerra interminable, donde la autora retrató el pasado reciente, amargo y vital, de la Dictadura. Por ello, este texto es un ejercicio muy recomendable para ilustrar la memoria y para leerla y reivindicarla.

Pedro Liébana Collado

 

 

 

 

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