Ahora, Pablo Hasél
No me gustan los rateros. Comprendo, aunque no disculpo, que algunas personas, empujadas por la necesidad o el hambre roben unas monedas o una barra de pan. Los entiendo, pero creo que si diesen la cara, y en vez de robar, pidiesen de un modo digno lo que necesitan, no solo conseguirían más, sino que […]