Su prohibición evidencia nuestro triunfo en la ternura
Nosotras queríamos ser los chicos. Las razones parecen evidentes. El castigo resultó violento. La salud lo pagó durante años, quizá décadas. Luego, un día, alguien, una poeta o una arquitecta, elogió la vida doméstica, manejar las cosas del comer, del tejer, del charlar sentadas al amor de la cocina. Al principio nos pareció apestoso. «Las […]