Perplejidad, decepción, incertidumbre, temor….., así estamos quienes habitamos este país y hemos ejercido el derecho al voto en los recientes y varios procesos electorales.

Perplejidad porque después de arduas y densas campañas electorales plagadas de insultos, memeces y poco programa, hemos votado muy en conciencia y con esperanza.

Decepción porque a pesar de haber ganado o perdido, ello no se corresponde con la viabilidad de formar unos gobiernos de modo concreto y próximo.

Incertidumbre, porque ante esta situación de negociaciones, pactos, cambalaches y trueques, no sabemos si quienes tienen que cerrar estos procesos, tendrán la talla política y ética, para hacerlo en coherencia y sin superar las imprescindibles líneas rojas.

Y temor, porque la llegada de la Extrema Derecha pueda influir y conformar gobiernos que atenten directamente a los derechos sociales de los ciudadanos.

No obstante, la situación política de este país es totalmente distinta a la de hace unos años, y será imprescindible aprender la cultura del diálogo para la estabilidad del país y de verdad trabajar para gobernar por las medidas que afectan a la calidad de vida de los ciudadanos y no al mero lenguaje tosco, insulso y falto de contenido político.

Eso sí, todo lo visto y escuchado en el último mes, nos ha servido para conocer mejor  a nuestros políticos e imaginar de lo que son capaces y también, lo que es imposible que hagan….