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Leonardo Padura – «La memoria y el olvido»

Libro: “La memoria y el olvido”

Autor: Leonardo Padura

Editorial: Caminos

Año: 2011

Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro. Pero la conservación y la evocación de la memoria suele ser un asunto complicado.

El relato de Leonardo Padura es una evocación de los acontecimientos de un lustro a través de sus columnas periodísticas escritas en diversos medios.La realidad de los hechos no caben en un relato único, hay que formalizar varios para acoger los puntos de vista de lo acaecido. El contraste determina una visión poliédrica de la realidad.

Padura debate en estas páginas, no solo unos hechos narrados con el fin atrapar la realidad, sino también ciertas reflexiones sobre el marco que lo hacen posible. Es un relato coherente, salvando con estos escenarios, las evocaciones selectivas o sesgadas que suelen perjudicarlo.

Las columnas publicadas base de este libro están sostenidas sobre una prosa elegante y didáctica propia de este escritor curtido entre la censura cubana, una discreta disidencia y sus incursiones en el exterior de su país. Una muestra de ello son sus fondos editoriales que en forma de muestra están simbólicamente atesoradas en las cajas el “Instituto Cervantes” de Madrid.

Sus relatos constituyen una fuente de inspiración de historiadores y curiosos interesados por la realidad internacional, sin dejar en su caso de reafirmar la mirada del autor, sus señas de identidad, y con ello la cubanía de su país de origen, del que el escritor tiene siempre a gala evocar, haciendo siempre con su mirada reflexiva sobre las cosas, la necesaria pedagogía.

Los artículos seleccionados se coleccionaron inicialmente bajo del título de -Cultura y Sociedad-a través de la Oficina en Cuba de “IPS-Inter Press Service” y por el Servicio Mundial de Columnistas de esa Agencia. Contienen muchos temas de diversa índole, reflexiones políticas, críticas culturales, vicisitudes de la realidad cubana, viajes, algunos tan curiosos como la visita al cementerio de Pantin en París tras los pasos de la madre de Ramón Mercader, Caridad Mercader. Ramón Mercader fue el asesino de Troski en Cayaocan. Sus actos han perdurado en la historia y han proyectado algunas consecuencias.

Leonardo Padura, tanto en su labor de periodista, como de escritor de la realidad cubana, ha vivido los acontecimientos internacionales bajo el prisma de un cristal esmerilado, fruto del control del régimen cubano sobre sus residentes, incluso sobre él, aunque con una mirada crítica, con el necesario contraste, fruto de la circunstancia de ser un ciudadano cubano con pasaporte español con el que viaja abundantemente. Sin embargo siempre vuelve a la isla. Continua viviendo en un barrio habanero de extracción obrera, como es el de Mantilla, al que vuelve siempre después de sus viajes al exterior.

El autor no está dispuesto a abandonar su espacio vital aunque le atraviese el dolor de muchos amigos que se han dispersado como polvo en el viento ante las adversas condiciones en que se han encontrado en el ecosistema de la isla. Muchos se han dispersado por América, otros han acabado en Madrid o Barcelona y no pocos en Londres o París.

La literatura cubana está plagada de desafectos y emigrantes de todo tipo y condición. Incluso algunos con pedigrí diplomático como el escritor Guillermo Cabrera Infante.

Estas crónicas cubanas tienen la virtud de haber sorteado no pocos obstáculos y han visto la luz después de algunas vicisitudes.En ellas se encuentra reflejado el escritor, pero también el viajero y el observador internacional. Están escritas para refrescar el pasado pero con la vocación de preparar el futuro. Caben en ellas, las referencias a la política, a la literatura y a la música con espacios para evocar el ritmo siempre del son, el reguetón y el merengue.

En el ámbito literario estas crónicas también han nutrido sus novelas, han dado argumento a sus personajes y han contribuido a través de ellas a enriquecer a la reflexión de sus congéneres y sus ciudadanos en al isla.

Ese medio nutritivo ha sido un poso que puede conservarse en casos muy significativos como en su trabajo sobre la muerte de Troski recogido en su novela “El hombre que amaba a los perros” en los que tuvo que emplearse a fondo para documentar ese libro. O en algunos de los diálogos de los personajes de sus novelas, a través singularmente de Mario Conde, un trasunto de él mismo, al que utiliza como modelo para hacer aflorar sus desesperanzas, su escepticismo y sus no pocas certezas.

Su admiración sobre Hemingway también está presente en sus obras y está presente en el análisis crítico del escritor americano, de su admiración inicial sobre el autor que no ha decaído, a  descubrir el fondo contradictorio, e incluso aborrecible, de algunos aspectos del ser humano ganador del premio Nobel. El libro anota en su introducción el relato de sus objetivos en boca de su editora.: .

La memoria y el olvido nos entrega, sin renunciar a los recursos del periodismo y a la altura de la prosa narrativa característica de este escritor, a una imprescindible mirada analítica de los avatares de un lustro signado por los cambios y búsquedas, pero también por los acechos de los olvidos. Es una memoria de nuestro presente, grabada como testimonio vivo para el futuro. “                                                                                                                                                                                                        Pedro Liébana Collado

  1. Amparo Romero Ranz Says:

    Es un escritor que me gusta. Solo he leído sus cuentos que me parecen excepcionales agradezco este comentario porque el tema que plantea el libro me interesa.
    Un abrazo.

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