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Mujeres Zapatistas

Las mujeres pobres e indígenas de los pueblos zapatistas de Chiapas convocaron a una reunión a las mujeres de todo el mundo que luchan, para intercambiar experiencias del 8 al 10 de marzo de 2018. Pensaban que llegarían a lo mucho unas 500 compañeras. Nadie sabe al día de hoy cuantas mujeres llegaron de todos los continentes; los números varían entre 6 mil a 11 mil compañeras. La presencia de varones estuvo prohibida en todo el encuentro; a los varones zapatistas les tocó cuidar la seguridad perimetral externa del lugar de encuentro, la labores de cuidados familiares y las labores del hogar.

Selecciono aquí algunos párrafos de las palabras de las mujeres zapatistas al final del encuentro, e invito a leer la declaración completa en el vínculo que comparto al final.

Pero nuestras palabras finales son especiales para ustedes, hermanas y compañeras mujeres que luchan. Agradecemos con todo nuestro corazón humilde y sencillo, con resistencia y rebeldía, la participación de todas ustedes, mujeres que luchan en los cinco continentes del mundo. Tanto las que están aquí, como las que están pendientes de lo que aquí pasó.

Agradecemos sus oídos, sus miradas, sus palabras, sus talleres, sus pláticas, su arte, sus vídeos, sus músicas, sus poesías, sus cuentos, sus teatros, sus danzas y bailables, sus pinturas, sus cosas raras que ni sabíamos qué son, y todo lo que nos trajeron para que nosotras conocemos y aprendemos de sus luchas. Lo tomamos todo como un regalo muy valioso que vamos a cuidar y vamos a hacer más grande, porque lo vamos a llevar a nuestras comunidades y pueblos, para que más mujeres zapatistas compartan con nosotras su regalo que nos dieron. Lo recibimos con respeto y cariño porque todas ustedes hicieron un gran esfuerzo para viajar desde sus lugares de lucha, desde sus tiempos y modos, desde sus mundos, y llegar a este encuentro que no sabemos todavía si salió bien o salió mal.

No las hemos revisado todas las notas, pero les aseguramos nuestro compromiso a corregir lo que nos señalan que está mal, y a mejorar lo que nos dicen que no está cabal. Sí decimos claro que, hasta ahora, la gran mayoría son críticas por errores y fallas que tenemos en la organización. Les decimos que vamos a tomar en cuenta todas sus críticas para mejorar la próxima vez, si es que hay una próxima vez. Todas esas críticas, así como nuestras palabras que trajimos en estos días, lo vamos a publicar en la página de enlace zapatista para que ahí todas ustedes pueden ver. Pero como quiera, así en general, queremos saber lo que piensan todas. Entonces les preguntamos, compañeras y hermanas: ¿será que salió un poco bien? ¿o será que salió mal? A saber cuántas mujeres que luchan llegamos en estos días, pero creemos que podemos estar de acuerdo en que somos un chingo. Y no pensamos si van a llegar tantas porque acá está retirado y no hay comodidades.

Viera que sabemos que son tanto así, pues tal vez llegamos más mujeres zapatistas y así podríamos abrazarlas a todas y cada una y poder decirles en personal lo que ahora les decimos en colectivo. Vendríamos seis mujeres zapatistas para cada una de ustedes: una pichita (que así les decimos a las que acaban de nacer), una niña, una jóvena, una adulta, una anciana y una finada. Todas mujeres, todas indígenas, todas pobres, todas zapatistas que te abracen fuerte, porque es el único regalo que podemos darte de vuelta. Pero como quiera has de cuenta, hermana y compañera, que esto que estamos diciendo aquí, te lo está diciendo una mujer zapatista mientras te da un abrazo y te dice al oído, en tu lengua, en tu modo, en tu tiempo: “no te rindas, no te vendas, no claudiques” Que así, con estas palabras es que te decimos “gracias hermana. Gracias compañera”.

Hermanas y compañeras: Este día 8 de marzo, al final de nuestra participación, encendimos una pequeña luz cada una de nosotras. La encendimos con una vela para que tarda, porque con cerillo rápido se acaba y con encendedor pues qué tal que se descompone. Esa pequeña luz es para ti. Llévala, hermana y compañera. Cuando te sientas sola. Cuando tengas miedo. Cuando sientas que es muy dura la lucha, o sea la vida. Préndela de nuevo en tu corazón, en tu pensamiento, en tus tripas. Y no la quedes, compañera y hermana. Llévala a las desaparecidas. Llévala a las asesinadas. Llévala a las presas. Llévala a las violadas. Llévala a las golpeadas. Llévala a las acosadas. Llévala a las violentadas de todas las formas. Llévala a las migrantes. Llévala a las explotadas. Llévala a las muertas. Llévala y dile a todas y cada una de ellas que no está sola, que vas a luchar por ella. Que vas a luchar por la verdad y la justicia que merece su dolor. Que vas a luchar porque el dolor que carga no se vuelva a repetir en otra mujer en cualquier mundo. Llévala y conviértela en rabia, en coraje, en decisión. Llévala y júntala con otras luces. Llévala y, tal vez, luego llegue en tu pensamiento que no habrá ni verdad, ni justicia, ni libertad en el sistema capitalista patriarcal. Entonces tal vez nos vamos a volver a ver para prenderle fuego al sistema. Y tal vez vas a estar junto a nosotras cuidando que nadie apague ese fuego hasta que no queden más que cenizas. Y entonces, hermana y compañera, ese día que será noche, tal vez podremos decir contigo: “bueno, pues ahora sí vamos a empezar a construir el mundo que merecemos y necesitamos”.

Y entonces sí, tal vez, entenderemos que empieza la verdadera chinga y que ahorita como quien dice que estamos practicando, entrenando pues, para ya estar sabedoras de lo más importante que se necesita. Y eso que se necesita es que nunca más ninguna mujer, del mundo que sea, del color que sea, del tamaño que sea, de la edad que sea, de la lengua que sea, de la cultura que sea, tenga miedo. Hermanas y compañeras.

Aquí, delante de todas las que somos aquí y las que no están pero están con el corazón y el pensamiento, les proponemos que acordemos seguir vivas y seguir luchando, cada quien según su modo, su tiempo y su mundo. ¿están de acuerdo? Como ya lo vimos y escuchamos que no todas están contra el sistema capitalista patriarcal, pues respetamos eso y entonces proponemos que lo estudiemos y lo discutamos en nuestros colectivos si es que es cierto que el sistema que nos imponen es el responsable de nuestros dolores. Si es que sale que sí es cierto, pues entonces, hermanas y compañeras, saldrá otro día el acuerdo de que luchamos contra el patriarcado capitalista y contra cualquier patriarcado. Y claro decimos que contra cualquier patriarcado, no importa qué idea tenga, no importa cuál sea su color o su bandera. Porque nosotras pensamos que no hay patriarcado bueno y patriarcado malo, sino que son lo mismo contra nosotras como mujeres que somos. Si sale que no es cierto, bueno, como quiera nos vamos a estar viendo para luchar por la vida de todas las mujeres y por su libertad y que ya cada quien, según su pensamiento y lo que mira, pues va construyendo su mundo como vea mejor.

Publicado en Enlace Zapatista

 

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