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Yolanda

 Esto no puede ser no más que una canción,

quisiera fuese una declaración de amor.

Con el mismo entusiasmo que Pablo Milanés por su Yolanda escribo hoy por la nuestra. En este caso se trata de un flechazo compartido, espero, con cientos de miles, ojalá millones de españoles. Somos aquellos que llevamos lustros esperando poder enamorarnos de un proyecto ilusionante, un proyecto que dé repuesta a necesidades reales, aunque solo sean las mínimas que esta sociedad viene demandando como urgentes para evitar que siga creciendo la desigualdad social y aumentando el número de personas que se quedan fuera del Sistema.

No conocemos, por ahora, el proyecto SUMAR, ni el recorrido que pueda tener. Esto ya se verá. Pero de momento, por lo que conocemos de quienes lo presentan, parece tener las mínimas garantías para poder llegar a hacer algo positivo por la ciudadanía, al menos para quienes más lo necesitan. Tras las palabras de Yolanda Díaz se trasluce, además, un afán de rescatar la democracia de esa involución galopante que vivimos en estos momentos, una involución que está consiguiendo que algunas de las palabras y promesas de Abascal las vaya cumpliendo un presidente de gobierno “socialista” que se autoproclama socialdemócrata. (véanse si no, el conflicto del Sahara, la masacre de Melilla, la actitud frente la guerra de Ucrania y la OTAN, la diferencia entre refugiados VIP y africanos, etc)

Frente a eso y a pesar de la oposición dentro del mismo gobierno, los escasos ministros realmente de izquierda vienen consiguiendo logros (el Salario Mínimo Interprofesional ha subido un 35,8 %; la prohibición de desahucios sin alternativa habitacional; La Ley Rider que obliga a declarar como empleados a los repartidores y no como falsos autónomos; una Reforma Laboral con innumerables consecuencias positivas, si el PSOE no lo impide, la Ley Trans y LGTBI verán la luz antes de finalizar la legislatura; se pelea contra las macrogranjas, a pesar de que a Pedro Sánchez le gusten los chuletones… ) Es insuficiente, cierto, tan insuficiente cómo los votos que les dimos.

Y es que ellos, no lo olvidemos, poco pueden hacer sin nosotros. Lo más imprescindible es contar con la UNIDAD, cualquier cosa que vaya en contra de este principio equivale a alta traición. Nada justifica una acción o una actitud que rompa la Unidad, el único activo que puede hacer que la izquierda salga del limbo en el que está sumida. Todos los esfuerzos y sacrificios son pocos para mantenerla, no tendremos nada más.

Ante mi vista, hoy, aparece el proyecto que siempre he esperado, tras una bella palabra que entiendo como clave para conseguir aunar esfuerzos, ilusiones y proyectos; solo falta que, de verdad y de una vez por todas, los hombres y mujeres de izquierdas demostremos que sabemos y somos capaces de SUMAR.

Miguel Álvarez

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