lo infinitamente pequeños que somos, que apenas suponemos nada en el gran Universo, y lo grandes y solemnes que nos creemos en tantas ocasiones en nuestra vida. Que seríamos mucho mejores y más felices si no nos mirásemos tanto a nosotros mismos y más a nuestro alrededor y a quienes tenemos cerca y más nos necesitan. Que la visión universal la debemos tener respecto de nuestro planeta y de todos los problemas y abusos que el ser humano produce, denunciándolos, criticándolos y procurando que no queden impunes.

Para lo que sí ha servido el eclipse, es como excusa para reunirse nuevamente con buenos y queridos amigos, con quienes compartir elucubraciones, risas y algunas copas de cava. Eso es lo mejor.