La vida en serie

I
En la orilla de la muerte
quiero hablarte de la vida
porción de tiempo y barro
a tu lado, sin ti, a pesar de ti.

No de la vida en serie.
No de la vida triste en perpetua espera de la nada.
No de estar sin ser
ni de ser sin saber si estás.
Hablo de retar al destino,
de jugar con sus flecos,
del temblor
de la pausa
de tu miedo.

Recuperado el tono
hablemos del destino que teje la maraña
hasta que se abre un surco
por donde la vida juega y mira,
con habilidad de artista, un punto fijo.

Hablemos por primera vez…

II
Porque la vida es un solo latido
es hora de anotarlo todo.
La hora de esconder en las palabras
la duda
y el viento.

Porque el alma se altera,
salta al vacío
y no queda en las hojas
ni una mancha de sangre
ni un sollozo.

¿En qué lado del río descansará la piedra?

Es la hora.
Alguien desaparece.

Y no sé si hay un latido infinito.

III
Algunos días
amanece a las siete de la tarde
cuando se cierran los archivos
y el sol se esconde en el asfalto.
El día se adeshora cumpliendo la costumbre
de enlazar cada desperfecto
al triunfo de la espera.

Algunas vidas
no empiezan hasta que la suerte
se viste de etiqueta
antes de abandonarlas.

Gloria de Frutos